El Defensor Universitario de la UGR, Enrique Hita, ha advertido antes de su marcha del problema que supone tener "unas normas de permanencia de las más duras de España", lo que está propiciando que cada vez haya más alumnos expulsados por agotar las seis convocatorias de exámenes, sin ser la mayoría de éstos "estudiantes vagos", a juicio del catedrático.

En la celebración del último Claustro de la UGR, Enrique Hita presentó su último informe anual del Defensor Universitario, pues será relevado hoy por Antonio Ruiz Rodríguez. En su despedida, el catedrático de Óptica puso el acento en este problema de la expulsión de alumnos que agotan las convocatorias de exámenes, recordando al Gobierno de la Universidad que detrás de cada uno de estos casos "hay una vida trucada, profesional y personalmente, y no siempre un estudiante vago".

En 2014 se vieron con la sexta convocatoria agotada 700 alumnos, pero el Defensor asegura que este problema irá en aumento en los próximos años. Por eso, Hita dijo que es posible que las normas vigentes "hayan ido más lejos de lo deseable".

La UGR aprobó hace muy poco una convocatoria de gracia para los alumnos que se encontraran en esa situación, aunque solo es una medida transitoria para este año. El Defensor recordó que esa opción ya se ha implantado normalmente en otras universidades. "Pensamos que son alumnos mediocres que no han sido capaces de aprobar después de seis oportunidades, pero no siempre es así", explicó Hita, quien agregó que en muchos casos se trata de alumnos de titulaciones técnicas que presentan gran complejidad y que "sin embargo son tratados por nuestras normas de permanencia en igualdad de condiciones que otras titulaciones". Es más, el catedrático agregó que muchos de esos estudiantes entraron a la UGR con altas notas de Selectividad o incluso han obtenido durante la carrera "excelentes calificaciones en otras asignaturas".

Lo que propone el Defensor Universitario saliente para aliviar la rigidez de esta normativa es que no cuente como una convocatoria más a los alumnos que no se han presentado a los exámenes. De este modo, a su juicio, se les permitiría a los estudiantes "planificar los catorce semestres de que disponen en sus grados de una forma más razonable".

Esta medida podría convivir con otros criterios restrictivos de la norma, como es el de los 14 semestres de plazo máximo, "que seguirían estando ahí como garantía del eficiente aprovechamiento de los recursos públicos por parte de todos los alumnos".

El Defensor Universitario también hizo otra serie de sugerencias al Gobierno de la UGR que lleva "muchos años pensando", pero que hace públicas ahora, cuando deja el cargo. En concreto se refirió a sus sugerencias sobre las reformas de los planes de estudio. Hita recomendó que haya un menor número de asignaturas y que éstas tengan más créditos. Con esto se reduciría el número de exámenes y los estudiantes podrían preparar mejor cada prueba. A su juicio también se conseguiría "mayor madurez en las materias fundamentales".

Del mismo modo Hita hizo referencia al reciente decreto del Gobierno español, que aprobó el nuevo sistema conocido como el 3+2 (3 años de grado y 2 años de máster). El Defensor se mostró preocupado por "un cambio de planes de estudio demasiado rápido", porque se acaba de aplicar una amplia reforma de los anteriores y porque en la universidad española en general Hita sostiene que hay "unos grados consolidados y unos másteres consolidándose". Es decir, que no cree maduros del todo estos cursos de posgrado. Aunque sí avanzó que hay que apostar por ellos como única forma de que la UGR conserve su importancia y calidad.

En 2014 la oficina del Defensor ha tramitado 1.313 expedientes, de los cuales 254 fueron quejas y el resto actividades diversas. El 88% de las reclamaciones provienen de los estudiantes y la mayoría (un 31%) son contra los órganos de gobierno, los centros y los departamentos. El 27%, van dirigidas al profesorado.