josé antonio pérez tapias. exdiputado del psoe

"En el PSOE hay un sector españolista que ha acabado por imponer sus tesis"

  • El decano de Filosofía y Letras recalca su posible papel de mediador entre el PSOE y Podemos en su nueva etapa tras darse de baja como militante socialista

José Antonio Pérez Tapias fue diputado entre 2006 y 2011.

José Antonio Pérez Tapias fue diputado entre 2006 y 2011. / carlos gil

-muestra un gran desparpajo en Twitter entrando en el cuerpo a cuerpo con los que critican su decisión de abandonar el PSOE. ¿Se siente combativo?

-Hay que decir las cosas con un poco de ironía y de chispa porque hay oídos muy duros. Hay gente que se ha tomado esta decisión de una manera muy hostil.

Puedo aportar elementos para acercar posturas entre los socialistas y el partido de Pablo Iglesias"

-La crítica más común que se le hace es haber apoyado a Pedro Sánchez para la secretaría general y que abandone el partido apenas unos meses después. Por otro lado, usted siempre defiende que las críticas que ve en las redes le confirman en su opinión de que actualmente no hay espacio para el debate en el PSOE.

-Más allá del tema de Cataluña está la crisis del Estado y la salud de nuestra democracia. En el partido se ha debatido esto con más o menos intensidad, pero hay un tope que no se pasa y es necesario mantener este debate y llevarlo al espacio social y abrirlo a otras fuerzas políticas. He dejado el partido para no generar malentendidos, porque hemos llegado a un punto en el que, cuando manifestaba ciertas opiniones, algunos entendían que me posicionaba contra el secretario general, cuando sólo planteaba propuestas que, aunque sean minoritarias, había que poner encima de la mesa.

-¿El sector conocido como los 'peperos' del PSOE se ha hecho fuerte en mitad del conflicto catalán?

-Puede llegarse a la conclusión de que, una vez que se llegaron a ciertos avances, se están dando ciertos retrocesos. El partido, en el 39 Congreso, hizo una defensa del federalismo y se recogía la cuestión de la plurinacionalidad. Ahora vemos cómo el discurso sobre el federalismo desaparece y, para colmo, los llamados padres de la Constitución no hacen ningún favor a las posiciones federalistas. Todo esto hace que el PSOE se haya replegado en estas cuestiones y que incumpla sus compromisos.

-A tenor de las encuestas, ¿la población castiga electoralmente estas posiciones federalistas?

-Hay que considerar este enfoque, pero en estos momentos de grave crisis es cuando el PSOE, con su peso histórico, tiene que mirar más allá de los cálculos electorales.

-Incluso Pablo Iglesias, que defendió posturas cercanas a las suyas, ha reculado y dice ahora que Podemos debe recuperar su discurso volcado en lo social.

-Él ha recogido cosas que hemos defendido muchos antes de que naciera Podemos. Cuando el clima político se polariza es muy difícil entrar en un debate de cierta altura. Cuando abogué por un referéndum consultivo, que no hay que confundir con un referéndum de autodeterminación, o cuando se habló de un proceso constituyente o de la plurinacionalidad, me dijeron que estaba haciendo el trabajo al independentismo. La realidad es muy tozuda y, con el panorama político que hay en Cataluña, el conflicto va a seguir y la crisis del Estado sigue sobre la mesa.

-¿En el momento más crudo del conflicto en Cataluña la sociedad no estaba para esos matices?

-Es que hay cultivar una cultura federal y eso no se ha hecho en la medida necesaria. Pero la crisis del Estado es muy grave y no hay liderazgos políticos que asumen la defensa del federalismo. En el PSOE hay un sector liberal y españolista que, de alguna manera, ha acabado imponiendo sus tesis.

-¿Habla en concreto de falta de liderazgo de Pedro Sánchez?

-No cuestiono el liderazgo interno en el partido de Pedro Sánchez, entre otras cosas porque fue elegido por la militancia. Hablo a nivel general, porque con Pablo Iglesias también hay falta de liderazgo y, si nos vamos al PP, ahí está Mariano Rajoy.

-¿Tan profundo es su desacuerdo como para poner fin a 25 años de militancia en el partido?

-Yo apoyé a Pedro Sánchez en la medida en la que se comprometió con muchas de las cosas que yo defendía. Pero en este contexto de repliegue hay una posición muy cerrada en cuanto al federalismo y en cuanto al diálogo por la izquierda con otras formaciones políticas. El mismo Pedro Sánchez, a quien agradezco la manera con la que afrontó mi baja, dijo que mis propuestas en relación a Cataluña no van a ser asumidas por el PSOE.

-En este punto todo el mundo se pregunta dónde defenderá José Antonio Pérez Tapias sus ideas. ¿Será en Podemos?

-Hay otros espacios políticos y mediáticos. En la vida política no se acaba todo en la acción bajo unas siglas. En el horizonte inmediato no hay nada, aparte de seguir en el debate desde otras posiciones.

-¿Descarta taxativamente retornar a la primera línea política bajo otras siglas?

-La vida política da muchas vueltas, pero Podemos no es donde yo voy a desembocar. También se me ha ubicado con Garzón y Llamazares en Actúa, pero es que no ha habido ninguna conversación en este sentido. Otros partidos tienen que resolver sus conflictos y contradicciones internas, y en el caso de Podemos ellos mismos asumen que tienen que replantearse muchas cosas. Yo colaboraré con unos y otros.

-En su perfil de Twitter se sigue definiendo como "socialista por convicción". ¿Piensa cambiarlo?

-No voy a cambiarlo. En el espacio de la izquierda hay que recuperar la capacidad de tránsito y de intercambio de opiniones, hay un espíritu demasiado sectario en los partidos, de manera que no se soportan las ideas y las propuestas nuevas, que tienen que salir de posiciones fronterizas para que puedan cuajar acercamientos y pactos en el futuro. Ni Podemos ni el PSOE van a llegar en solitario al Gobierno, así que o sacamos conclusiones ya o las derechas van a gobernar en durante mucho tiempo. Aquí hay un amplio campo en el que, en mi caso, puedo aportar elementos para el debate y para acercar posturas.

-¿Se ve como un mediador entre Podemos y el PSOE?

-No hablo de mediación política, porque los partidos ya tienen sus interlocutores, hablo de un trabajo fundamental de debate entre personas que mantenemos posiciones parecidas.

-A nivel provincial, un efecto colateral de su baja en el partido es que no aparecerá como futurible de cara a la Alcaldía como se ha especulado en los últimos procesos.

-Es verdad que mi nombre apareció, que es también una manera de sondear a la opinión pública y al propio candidato. Pero mi papel en el PSOE, acentuado desde que me presenté como candidato en 2014, me ha llevado a un debate a otra escala.

-A nivel local, ¿se sentía cómodo con el liderazgo de José Entrena?

-Tengo una gran relación con Entrena y me parece un hombre muy dialogante. Pero las personas se mueven en un contexto determinado que marca la organización. Entrena intentará dar un sello de izquierdas a su política, pero tendrá que superar los márgenes que da el partido porque las presiones de la realidad van recortando posibilidades.

-¿Y cuál es la distancia que le separa de las posiciones de Susana Díaz en Andalucía?

-En Andalucía, en los ámbitos socialistas, se ha ridiculizado una expresión como la de "nación de naciones" que en su momento avaló el propio Felipe González. Ya me dirá en qué posiciones estamos... El PSOE de Andalucía tiene que hacer valer sus logros, pero desearía que jugara un papel más abierto, más proclive al diálogo. La Constitución del 78 no más de sí en el tema de la pluralidad.

-¿Con su baja en el PSOE se ha descabezado la corriente de Izquierda Socialista?

-Hubo tensiones en su seno tras las primarias de 2014, donde se acumularon muchos errores por un lado y por otro. Tuvimos un 15% de apoyos, que no es una mayoría pero sí es una cifra reconocible. Izquierda Socialista tuvo un momento de tensiones no resueltas, pero tal y como están las cosas no les afecta mi salida. Ante los conflictos que se han producido en Izquierda Socialista intenté mediar desde mi posición de cierto liderazgo, pero no lo conseguí. Había cuestiones vinculadas a liderazgos personales y también diferentes maneras de enfocar la soberanía nacional que no se han resuelto. Mis propuestas no fueron aceptadas.

-¿Quién es el secretario general del PSOE con el que se ha sentido más cómodo?

-En estos 25 años la etapa de Zapatero fue muy buena para los que defendemos posturas más de izquierdas dentro del partido. Todos reconocemos lo que supuso su primera legislatura, pero con la crisis aparecieron fuertes divergencias con su Ejecutiva y tres diputadas de Izquierda Socialista no votamos el 135. El PSOE no ha salido todavía de esta crisis y es lo que intenta reconstruir Pedro Sánchez.

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