El Papa Francisco ha aprobado este jueves el decreto que reconoce "el martirio" por "el odio de la Fe" de diez sacerdotes y diez laicos de Andalucía asesinados en 1936, por lo que serán beatificados. Entre ellos está el granadino José Vigil Cabrerizo, de Huétor Tájar.

El decreto fue aprobado por el Papa después de recibir al prefecto del dicasterio para la Causa de los Santos, Marcello Semeraro, y al ser reconocidos mártires no han necesitado ningún milagro, al contrario que el resto de los procesos de beatificación.

Aunque Vigil Cabrerizo era natural de Granada, ejerció en Sevilla, donde fue el primer sacerdote asesinado en la Guerra Civil Española. Una lápida que lo recuerda indica que fue presbítero capellán rector de la iglesia de San Jerónimo, víctima de la persecución y herido en la tarde del 18 de julio de 1936 en la calle Conde de Ibarra de Sevilla. Al día siguiente falleció en el Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía. 

Entre los nuevos beatificados está también Manuel González-Serna Rodríguez, nacido en Sevilla el 13 de mayo de 1880. Fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1902 y nombrado párroco de Constantina el 30 de octubre de 1911. Detenido la noche del 19 de julio de 1936, el 23 de julio siguiente fue conducido a la iglesia parroquial de Constantina y ejecutado en la sacristía, según la biografía publicada por el dicasterio.

El resto son los sacerdotes Francisco de Asís Arias Rivas nacido en Cantilana (Sevilla), Miguel Borrero Picón, de Beas (Huelva) el 6 de diciembre de 1873; Mariano Caballero Rubio, nacido en Alájar (Huelva); y Pedro Carballo Corrales, de Ubrique (Cádiz). También Juan María Coca Saavedra de Mairena del Alcor (Sevilla); Antonio Jesús Díaz Ramos de Bollullos del Condado (Huelva), Salvador Lobato Pérez de Algodonales (Cádiz); Rafael Machuca Juárez de Negrón de Estepa (Sevilla) y José Vigil Cabrerizo de Huétor-Tájar (Granada). Y otros diez laicos, todos ellos asesinados o fusilados al inicio del estallido de la Guerra Civil Española.