Granada

La Policía sostiene que el móvil del crimen de la estudiante fue sexual

  • El detenido, un indigente que hacía "chapuzas" en el piso de la víctima, confiesa la autoría y asegura que cuando atacó a la joven "estaba borracho y se le fue la cabeza" · Le asestó 20 puñaladas

El propósito de mantener relaciones sexuales con Lamyae Denna fue lo que llevó al hombre de 52 años detenido a última hora del pasado martes a asestarle 20 puñaladas hasta matarla. Al menos de eso está convencida la Policía Nacional, después de haber interrogado al presunto autor, como informó ayer el Jefe Superior de Policía de Andalucía Oriental, Luis de Haro-Rossi.

A pesar de que la autopsia no ha revelado, según los primeros datos, que esta agresión sexual se consumase, y de que el hombre confesó la autoría del crimen a los agentes, sin comunicar la motivación que le llevó a hacerlo, desde el cuerpo de seguridad "no se explica" otra razón, según el jefe de Policía, que derivase en el salvaje crimen de la joven estudiante de Farmacia, de 23 años.

De hecho, las palabras que el detenido dirigió a los agentes en presencia de su abogada fue "estaba borracho y se me fue la olla". Previamente, el hombre no pudo prestar declaración debido al estado de embriaguez en que se encontraba cuando fue detenido por los policías

Según la reconstrucción de lo ocurrido, el hombre habría accedido al interior del piso, situado en el número 2 de la calle San Ambrosio, con el consentimiento de la joven, "ya que realizaba habitualmente allí numerosas chapuzas caseras".

Según el relato policial, ésta en un momento dado "intentó huir y consiguió llegar hasta la puerta". En ese momento, el detenido habría conseguido conducirla hasta el dormitorio, donde comenzó a asestarle puñaladas. Hasta 20, "con un ensañamiento fuera de lo común", explicó De Haro-Rossi, quien añadió que, aunque no se ha encontrado el arma con el que se perpetró la agresión, "creemos que era de dimensiones considerables, de más de dos centímetros de ancho y veinte de largo, a juzgar por la profundidad de algunos de los cortes que presentaba el cuerpo", explicó el responsable policial, que compareció acompañado del jefe provincial, y los responsables de los grupos de Homicidios y Policía Científica, que han llevado a cabo la investigación.

Después de matar a la joven Lamyae, el detenido regresó al barrio de la Plaza de Toros, donde reside habitualmente en condiciones de semi-indigencia, y posteriormente se trasladó hasta Atarfe, donde al parecer tiene a unos familiares. Tras desplegar un operativo en ambas zonas, los agentes consiguieron detener al individuo, al que encontraron en estado de embriaguez.

Luis de Haro explicó que el detenido, cuya identidad no fue concretada, tiene antecedentes por agresiones sexuales y por otros delitos que le llevaron un tiempo a prisión. Concretamente, su primer delito sexual lo cometió en 1978, hace treinta años.

Entre las pruebas recabadas por la investigación para corroborar que la confesión del detenido era cierta y que, efectivamente, era el autor de las 20 puñaladas, la Policía encontró varias pruebas que apuntalaban la presunta culpabilidad del individuo: poseía una nota con el teléfono móvil de la víctima; sus zapatillas tenían unas marcas de sangre que también se habían encontrado en la vivienda, y en su ropa, a pesar de que había intentado lavarla.

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