Granada

El secreto del combustible 'low-cost', la ausencia de aditivos en su composición

  • Desde la patronal se denuncia que los carburantes más económicos consumen más en menos kilómetros y deterioran los motores

Uno de los muchos debates que surgen en torno a las gasolineras 'low-cost' es si el combustible es de peor calidad. Últimamente las grandes marcas del sector han lanzado campañas en las que destacan la calidad como uno de los principales alicientes para repostar en sus establecimientos. Sin embargo, no hay consenso sobre si realmente los combustibles de los establecimientos de bajo coste son más perjudiciales para los coches. David Avellaneda, de Facua Granada, explica que "la gasolina viene toda del mismo sitio, de la refinería y lo que suele diferenciar son los aditivos, que limpian más o menos el motor", aunque concluye que "no hay características químicas que indiquen que haya un riesgo para el consumidor" y añade que al menos en la provincia no se han dado casos de este tipo. Y es que el gasóleo y la gasolina son productos regulados bajo leyes europeas y hasta las estaciones sin personal respetan las normas de cantidades y composición.

Así mismo lo reconoce el portavoz de APES, Rafael Martín-Zamorano, que critica el hecho de que las estaciones de autoservicio "jueguen con otras reglas" en lo referente a políticas de personal, aunque advierte de que sí cumplen con las normas. No obstante, le preocupa la calidad que se ofrece en las 'low-cost', ya que advierte de que las estaciones abanderadas y las grandes marcas se preocupan porque los componentes y los aditivos estén por encima del nivel exigido.

"Las medidas son las medidas y eso está regulado, pero la calidad del producto sí deja que desear", resume. Según Martín-Zamorano a largo plazo son más perjudiciales para los coches estas gasolinas baratas porque consumen más en menos tiempo y afectan a la bomba de inyección y a mecanismos de los vehículos.

La fórmula secreta de cada gasolina solamente las tienen las petroleras, que mantienen con celo el secreto de la composición para diferenciarse de las otras y poder vender a un precio competitivo. Precisamente, el misterio de las empresas 'low-cost' es que no realizan un proceso de mejora a base de aditivos del resto para incrementar la combustión, reducir la volatilidad del producto o evitar que haga espuma en el depósito, sino que se trata del combustible simple que sale de una refinería, el mismo que se utiliza habitualmente para la gasolina tradicional. De hecho, puede partir de la propia instalación.

Por tanto, técnicamente no se puede afirmar a ciencia cierta que el carburante de las estaciones 'low-cost' perjudique a los vehículos. A quienes hasta ahora sí está creando problemas es a los representantes del sector y a la cantidad de puestos de trabajo que se están llevando por delante estos nuevos tipos de negocios. Desde la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio ya se han reunido en varias ocasiones con las administraciones para solicitarles que ejecuten leyes más restrictivas con las gasolinerasdesasistidas. Sin embargo, por el momento, parece que han encontrado los huecos legales para colarse en un mercado donde la competencia es voraz y el consumidor está más pendiente de lo habitual a los precios que se marcan.

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