Granada

Los diferentes rostros del drama

  • Stop Desahucios se ha convertido en los últimos años en el salvavidas de cientos de familias granadinas.

Cada día, Stop Desahucios convive con el drama. El grupo que surgió dentro del Movimiento 15-M lleva desde su fundación ayudando a las familias que están en riesgo de perder su vivienda, protestando, ocupando sedes de entidades bancarias y, sobre todo, negociando con los bancos para llegar a soluciones que eviten que los afectados se vean con las maletas en la calle.

Antonio Redondo, miembro del grupo, asegura que el movimiento social contra los desahucios ha animado a cientos de familias a acudir a los voluntarios para frenar su situación, que la vergüenza ahora es menos y que cada vez más los afectados son conscientes de que "solos en su casa no van a hacer nada".

César Longo y Elsa Hidalgo son un buen ejemplo. El matrimonio asegura que si tiene que salir a la calle "y pelear" para conseguir que el banco le ajuste la cuota financiera a sus escasos ingresos, lo hará. Aunque César apunta que "mientras no se modifique la Ley de Hipotecas o la Ley Procesal" la situación difícilmente mejorará. "Tenemos un gobierno que tiene el poder total, pero sigue el ritmo del banco, en lugar del ritmo de la calle".

Antonio reconoce que las actuaciones desde las administraciones de poco han servido. De hecho, asegura que el Código de Buenas Prácticas está "entorpeciendo" la labor del grupo, porque ahora las entidades financieras están más suspicaces y miran con lupa que las familias afectadas cumplan sus requisitos.

Con todo, los que reciben la ayuda de Stop Desahucios no tienen más que alabanzas para los miembros del grupo. "Tengo mucha fe, nos están ayudando mucho y no nos dejan solos, así que quiero decirle a todas las familias que tengan un problema como nosotros que el grupo es una gran ayuda, puesto que también nos apoya psicológica y moralmente", cuentan Carmen Rodríguez y Federico Juárez.

Hasta el momento, Stop Desahucios se ha esforzado por conseguir para los afectados que llegaban a sus puertas la dación en pago asociada a un alquiler con opción a compra, pero a partir de ahora la estrategia del grupo irá encaminada a rebajar el tipo de interés, "una solución que permitirá que esta crisis no la paguen solo las familias". Stop Desahucios. Teléfono: 677169667 o correo electrónico: stopdesahuciosgranada@gmail.com

César Longo y Elsa Hidalgo: "En marzo tengo que decidir: o negociar o dejar de pagar"

"Yo llevo aquí desde 1990 y jamás he dejado de trabajar. Estaba dado de alta en autónomos, tenía mi propio camión y cobraba todos los meses. Pero en septiembre del año pasado me quedé sin trabajo y con la deuda del camión. Empecé a buscar empleo por todos lados, vendí el camión por la deuda... Y me encuentro con 62 años, sin trabajo, cobrando la ayuda de 426 euros y quemando los ahorros". César Longo y Elsa Hidalgo tendrán que tomar una decisión en marzo. Para entonces hará un año que llegaron a un acuerdo con UCI para que le rebajaran la cuota de su hipoteca de 700 euros a 400, así que para entonces los 3.000 euros de diferencia entre los dos pagos se cargarán al capital total de la deuda, formando una enorme bola de nieve financiera que no podrán asumir con sus escasos ingresos. "En marzo tengo que tomar una decisión: o negociar o dejar de pagar", indica César, que quiere que la entidad reduzca el interés para así poder seguir pagando la cuota, "achicando" el capital y vivir con dignidad. "Me vine orgulloso de Argentina para darle un vivir mejor a mis hijas y ahora la mayor me tiene que ayudar a mí".

Carmen Rodríguez y Federico Juárez: "Yo no me niego a pagar, pero necesito una cuota que pueda afrontar con 426 euros"

Hace sólo unos años, Carmen Rodríguez y Federico Juárez tenían una pequeña empresa de construcción y una vivienda pagada desde 1985. El matrimonio decidió pedir una hipoteca de 60.000 euros para comprar material y, poco después, la crisis le cogió de lleno. Hasta entonces pagaban una cuota de alrededor de 600 euros, pero mientras trabajaban en el Rincón de la Victoria, la empresa se encontró con una deuda de casi 30.000 euros por un trabajo realizado que nunca llegaría a cobrar, y ahí empezaron los problemas. "Nos tiramos un tiempo que no podíamos pagar y los intereses se iban acumulando", cuenta la pareja, que por una deuda de unos 40.000 euros se vió envuelta en un primer desahucio fijado para el 28 de septiembre de 2011, que finalmente se aplazó. El 9 de octubre fue la segunda fecha fijada para el lanzamiento, pero el grupo de Stop Desahucios logró paralizarlo de nuevo y ahora negocia con CajaGranada rebajar la cuota para que Carmen y Federico, que aún tienen un hijo a su cargo, no pierdan su vivienda.

Matilde Solera: "Debajo del cielo no se puede estar, pero si pago, no como. Y si como, no pago"

Matilde Solera tiene 78 años y vive con su nieto en una vivienda por la que paga 350 euros de alquiler. Su paga es de sólo 357 euros, así que las cuentas no le salen. Lleva ocho meses sin pagar el alquiler y desde la agencia le han advertido que si no está en la calle es porque la propietaria de la vivienda no quiere que "pese sobre su conciencia" dejar a una persona sin casa con la Navidad a la vuelta de la esquina. Matilde asegura que junto a Stop Desahucios está peleando para poder acceder a una vivienda con un alquiler "favorable". "Debajo del cielo no se puede estar, hay que estar debajo de un techo. Pero si pago, no como, y si como, no pago", explica Matilde, que asegura que antes se defendía mejor porque se sacaba "unos dinerillos" vendiendo lotería. "Pero ahora la gente o no tiene ni un duro o no me quiere comprar". El grupo Stop Desahucios baraja varias opciones para Matilde, incluida la ocupación de uno de los miles de pisos embargados por los bancos en el barrio de La Chana.

Luisa Padial y Marcos García: "En el banco me dijeron que antes era la hipoteca que mis hijos "

pLuisa Padial y Marcos García llevan dos meses sin pagar la cuota contraída con Unión Crediticia Inmobiliaria (UCI) para adquirir su vivienda. Con unos ingresos que no superan los 426 euros y dos hijos de 13 y 7 años con tratamientos médicos, se encuentran ante la imposibilidad de abonar una cuota mensual que se quedará en 850 euros si, después de tres acuerdos de refinanciación (con los que rebajaron la cuota hasta 350), no llegan a un cuarto que les permita adecuar los pagos a sus posibilidades. "Queremos llegar a un acuerdo con ellos, pero que no nos suban capital, porque entre unas cosas y otras ya se nos ha sumado al montante total más de 7 millones de pesetas. Les dijimos que nos dejaran un alquiler durante un tiempo o un alquiler con opción a compra, porque nuestro hijo mayor tiene hiperactividad y su tratamiento nos cuesta 80 euros mensuales y la pequeña tiene piel atópica. Pero me dijeron que primero era la hipoteca que mis hijos. Me dijeron que no es su problema que después de pagar me queden 70 euros, que es el nuestro y que busquemos dinero de donde podamos", recuerda Luisa, que explica que la situación es todavía peor porque no tienen más forma de contactar con UCI que por teléfono (un 902), puesto que cerraron su oficina en Granada. 

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