Mar adentro

Moda feminista

  • No se recuerdan demasiado los orígenes del 8 de marzo. Frivolidad o victimismo, suele ser la tendencia

Celebrar el 8 de marzo, fecha histórica desde que la ONU la declarara como Día Internacional de la Mujer Trabajadora en 1975, se ha convertido en una tradición mundial. Los orígenes de la conmemoración están en la huelga de mujeres, obreras textiles de Nueva York, muchas inmigrantes, de comienzos del siglo XX. Hoy, en varios países, este día es festivo, como el Primero de Mayo. Aunque en España, lamentablemente, no sucede así.

Este año hay, ha habido, habrá, celebraciones, actos y gestos, en torno a esta fecha. Entre ellos, algunos me han llamado la atención. Como la colaboración de varias firmas de moda en la tarea reivindicativa. Así, diversas firmas han exhibido este año camisetas feministas, o sea, camisetas con lemas que reivindican derechos de las mujeres o hacen un llamado a eso que se ha dado en llamar, traduciendo del inglés casi literalmente, el empoderamiento, eso que no hemos encontrado término para nombrar de otra manera. En la red se puede ver (la red es el consuelo de pobres, esa que te hace creer que estás donde no podrías llegar nunca), por ejemplo, la foto de una delgadísima modelo de Dior desfilando en la pasarela con peinado elegante y falda de noche vaporosa y llena de vuelos que combina con una camiseta blanca donde se lee, en inglés: "Todos deberíamos ser feministas". Se ha hablado de frivolidad, con razón. Resulta poco creíble el supuesto feminismo de la modelo. Aunque quizás es que no se ha sabido entender correctamente el sentido de la frase, que acaso haya que leer como un pedido de auxilio que querría enviarnos la modelo, en un mensaje parecido al siguiente: "Todos deberían ser feministas… incluida yo misma. Pero la vida es dura, y me ha tocado trabajar en Dior".

Junto a la frivolidad de Dior, pueden resultar llamativos los gestos de las diputadas de Podemos. Ellas no solo no han pedido el día libre en su Grupo, sino que han decidido preguntar solo ellas (sin sus ellos) en la Sesión de hoy del Parlamento. Es decir, van a hacer ellas solas todo el trabajo del día. Para visibilizar a las mujeres, dicen.

En general, no se recuerdan demasiado los orígenes del 8 de marzo. No son protagonistas los derechos laborales o los derechos de las mujeres inmigrantes. Frivolidad o victimismo, suele ser la tendencia.

Me quedo con la frase de una activista argentina: "Una cosa es poder identificarnos víctimas de violencia y otra es caer en la victimización. Las mujeres no somos víctimas".

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