Las lluvias que la semana pasada hicieron acto de presencia en la provincia, aunque escasas, contribuyeron a que los embalses se mantuvieran estables tras los generosos aportes de marzo. Pese a todo, la situación, ya a las puertas del verano, todavía dista mucho de estar siquiera como hace un año tras un prolongado periodo de sequía que ha obligado a abusar de las reservas, establecer restricciones y mirar por cada gota.

En concreto, y de acuerdo a los datos de la red Hidrosur de la Junta de Andalucía, los siete pantanos de la provincia tienen acumulados 170,79 hectómetros cúbicos en estos momentos, mientras que tal día como hoy en 2023 tenían 208,65; es decir, ahora hay 37,86 menos que entonces. 

En todo este tiempo, el pantano más damnificado ha sido el de Guadalteba, que ha pasado de acumular 75,11 hectómetros cúbicos a 38,04, una diferencia de más de 37 que le sirve para mantenerse al 24,82% de su capacidad. Tras él se encuentra el de Guadalhorce, que se ha dejado por el camino algo más de 17, lo que va de 40,78 a 23,59, que le vale para permanecer al 18,76%. 

Bastante menos ha perdido el Limonero: 2,92, el tramo que va de 7,58 a 4,66, y que le deja a este embalse al 20,81%. Más de lo mismo le ocurre al de Casasola, que está actualmente al 28,87% gracias a los 7,99 hectómetros cúbicos que almacena, mientras que hace un año tenía 6,27, por lo que sólo ha perdido 1,72. 

Prácticamente igual que hace un año (sólo varía en 0,2) se encuentra el de la Concepción que es, también, el que más agua tiene almacenada: un 74,92%. O, lo que es lo mismo, 43,11 hectómetros; mientras que hace un año tenía 43,13. 

Aunque también hay dos agradables sorpresas: La Viñuela, que ha pasado de almacenar 16,14 a 31,60 (prácticamente ha doblado sus reservas) y de batir su mínimo histórico a instalarse en el 19,22%; por su parte, Conde de Guadalhorce ha pasado de 17,92 a 23,52, lo que le ha reportado una ganancia de 5,6 que lo sitúa al 35,37%.