Los partidos alemanes pisaron ayer el acelerador a tres días de las elecciones, multiplicando mítines y entrevistas, mientras los sondeos apenas registran cambios y siguen dando al bloque conservador de la canciller, Angela Merkel, como claro vencedor.

Las encuestas de intención de voto publicadas ayer esbozaron un Bundestag (Cámara baja) muy similar al que han perfilado de forma coincidente todos los estudios difundidos en la últimas semanas.

Los sondeos siguen inamovibles y dan la victoria a Merkel con un 36% de votos

El sondeo de YouGov otorgó a la Unión Cristianodemócrata y a la bávara Unión Socialcristiana (CDU/CSU) el 36% de los sufragios, seguidos por el Partido Socialdemócrata (SPD), con un 23%; La Izquierda, con el 10%; la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), también con un 10%; el Partido Liberal (FDP), con un 9%, y Los Verdes, con un 7%.

Merkel, que sólo avanzó durante la campaña que nunca pactará con AfD ni con La Izquierda, destacó en un mitin en Giessen (centro del país) que Alemania es estable y está "preparada contra las tormentas exteriores".

En una apretada agenda, protagonizó otros dos mítines en pequeñas localidades del oeste, en los que volvieron a protestar pequeños grupos de ultraderecha, y concedió una entrevista radiofónica, en la que dudó de la viabilidad financiera de las promesas del candidato socialdemócrata, Martin Schulz. Interrogada sobre que pregunta le gustaría hacer a su rival socialdemócrata, dijo: "¿Cómo piensa pagar todo lo que ha prometido?".

El SPD promete aprovechar los actuales superávit del Gobierno federal para garantizar el acceso universal gratuito a las guarderías, para invertir en educación e infraestructuras y para ayudas a la formación continua de los desempleados.

Mientras Merkel se centraba en los pueblos, Schulz se dirigió ayer a las ciudades, con sendas intervenciones en Hannover y Colonia, donde apeló al votante indeciso.