la carrera hacia la casa blanca Los expertos ya descartan la victoria republicana

El regalo soñado para Obama

  • Las palabras de Romney restauran la imagen de la que quería apartarse: un rico sin sentimientos que no entiende nada de las necesidades de la clase media y pobre

Para los demócratas, constituye un regalo soñado: a 50 días de las elecciones, el candidato republicano, Mitt Romney, se pega un tiro en su pie con unas declaraciones filtradas el lunes y que tienen tanto calibre que para algunos expertos constituyen ya el game changer, el momento en que el ex gobernador podría haber perdido la carrera a la Casa Blanca.

Un vídeo grabado en secreto en mayo pero conocido ahora muestra cómo Romney habla en tono despectivo de los potenciales votantes de su rival, el presidente Barack Obama. Y, de paso, de la mitad de la población del país.

Si lo hubieran planeado, apenas les podría haber salido mejor a sus rivales: vuelve a establecer la imagen de Romney de la que urgentemente se tiene que separar si quiere ganar las elecciones: la del multimillonario sin sentimientos que no entiende de las necesidades de la clase media y pobre del país.

"Mi trabajo no es romperme la cabeza con esa gente", dice en el vídeo Romney sobre ese "47% que están con él (Obama), que dependen del Gobierno y que creen que son víctimas, que el Gobierno tiene la responsabilidad de cuidarles, que creen que tienen derecho a asistencia sanitaria, alimentación y alojamiento y a todo en general". "Nunca lograré convencerles de que asuman responsabilidad sobre sí mismos", agrega.

Éste se conoce en un momento en el que la campaña de Romney ya tenía problemas para avanzar. El ex gobernador no sacó rédito alguno de la reciente convención republicana centrada en mejorar su imagen "fría", mientras que, por el contrario, las encuestas le dan a Obama una ventaja del 5%.

Medios como Politico informan de un auténtico caos en su equipo de campaña justamente cuando se emprende el sprint final. De acuerdo con el diario, justo antes de la convención de Tampa se retocó tanto el discurso clave de aceptación de la nominación que en las palabras de Romney acabaron faltando importantes partes. En ningún momento mencionó a Afganistán ni realizó un tributo a los militares, algo que para los republicanos supone casi un pecado mortal.

No tuvo que pasar mucho tiempo para sufrir otro traspiés, la semana pasada, cuando observadores coincidieron en afirmar que se apresuró al criticar en un comunicado a la Embajada de EEUU en El Cairo en el marco de la violencia desatada por la película sobre Mahoma. En ese momento, aún no se conocía que en un ataque en la ciudad libia de Bengasi habían fallecido el embajador Chris Stevens y otros tres estadounidenses.

Éstos constituyen "errores innecesarios" en los que Romney se hace a sí mismo la zancadilla, según The Washington Post.

Y eso en momentos en los que Romney sigue sin acabar de lograr convertir las preocupaciones de los estadounidenses por la economía y el desempleo en puntos a su favor. Le falta un mensaje claro sobre qué haría él mejor y cómo lo haría, consideran los observadores.

Muchos expertos coinciden: lo que Romney dijo de ese 47% es un error más grave aún que cuando presentó a su flamante candidato a la vicepresidencia Paul Ryan como el "próximo presidente de EEUU".

El principal problema es que el candidato no logra deshacerse de la imagen de ricachón sin sentimientos. Obama, por contra, se perfila como el luchador de la clase media.

Y ahí no cuenta para nada que Romney tuviera algo de razón en sus ya polémicas declaraciones: las estadísticas demuestran que una gran parte de los estadounidenses realmente no pagan impuestos y no todos ellos debido a que no ganen suficiente dinero. El problema de las palabras de Romney reside sobre todo en que las pronunció uno de los hombres más ricos de la política, alguien que apenas paga el 14% de impuestos porque el sistema se lo permite.

Para echar más leña al fuego, sus incautas palabras fueron pronunciadas en una cena de recaudación para su campaña celebrada entre los más ricos. No sorprende que en internet ya circulen chistes como el que dice que ya ha diseñado una nueva estrategia: coserse la boca hasta el 6 de noviembre.

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