El Festival de Granada ha programado para sus conciertos matinales del fin de semana un ciclo que, bajo el sobre nombre de "cantar y tañer", recupera el repertorio antiguo y lo sitúa en un lugar destacado, al ser interpretado en algunos de los monumentos históricos más bellos y con mejor acústica de la ciudad. Este finde semana actuó en el Monasterio de San Jerónimo el grupo Al Ayre Español, fundado y dirigido por Eduardo López Banzo, con un programa centrado en la música de José de Torres.

Eduardo López Banzo es un histórico de la interpretación musicológica en España, y ha colaborado en la revisión de la obra conservada de José de Torres, ya que parte de su legado fue destruido en el incendio del Alcázar de Madrid en 1736. Torres es uno de los grandes compositores del barroco español. Desempeñó sulabor artística sobre todo en el primer tercio del siglo XVIII, en el entorno de la corte; fue primero organista y más tarde maestro de la Capilla Real de Madrid. En el ejercicio de este cargo fue el responsable de la composición e interpretación de la música sacra en la corte, labor en la que se encuadran las tres cantadasescuchadas en el programa. López Banzo y Al Ayre Español lleva más de tres décadas recuperando repertorio hispano olvidado o desconocido, haciendo posible darle una nueva vida a la música de otra época.

La cantada fue el equivalente español a las cantatas centroeuropeas, adaptada a los gustos hispanos. En ellas José de Torres modernizó la música del primer tercio del siglo XVIII en España, adoptando el estilo cantábile italiano, que era visto como fresco y novedoso en toda Europa. Se trata de una sucesión de arias y recitativos con acompañamiento instrumental y texto sagrado, más un movimiento grave final; este último movimiento incorpora un cierre más recogido a las cantadas, dotándolas de un carácter místico que conecta con la estética del Siglo de Oro, y permitiendo construir movimientos muy hermosos que se elevan, piadosos, hacia el cielo.

Para la interpretación de estas cantadas López Banzo ha contado con la soprano Maite Beaumont, una voz de referencia en el repertorio antiguo y una magnífica elección para este concierto por su amplia tesitura y riqueza en los graves. Así, la soprano adaptó sus intervenciones a cada sección de las tres cantadas interpretadas, mostrándose más lírica en las arias y apoyándose en el texto y los juegos expresivos del lenguaje en los parlamentos y partes recitadas. Con una clara dicción del texto y una meditada intención en su pronunciación, la interpretación de Maite Beaumont fue coherente y de alta excelencia técnica, muy cercana a los ideales que el propio Torres pudo llegar a tener mientras componía esta música.

Eduardo López Banzo llevó durante todo el concierto unos tiempos dinámicos y muy marcados, acordes con las novedades que a nivel de notación se comienzan a ver ya en la escritura de Torres. El conjunto Al Ayre Español, que toca con instrumentos de época y un criterio historicista, puso en atriles una exquisitarevisión de los principios artísticos de este repertorio, al interpretarlo en un estilo hispano revisado según las fuentes y la bibliografía. La profesionalidad de sus intérpretes y el conocimiento técnico y estético de sus instrumentos, así como el preclaro criterio artístico de López Banzo, contribuyeron a definir en todomomento un discurso agradable y de gran calidad.

Las tres cantadas de José de Torres se alternaron con sendas Sonatas para varios instrumentos de George Frideric Handel extraídas del opus 5; en concreto, se interpretaron la sonata cuarta, en sol mayor, y la quinta, en su tonalidad homónima menor. López Banzo buscaba con esta inclusión el dar variedad y contraste al programa, algo muy del gusto de la época, y de paso tuvo oportunidad de dirigir desde el clave a su conjunto en una realización instrumental sin tacha.

Al finalizar el concierto, y ante el prolongado aplauso del público, Eduardo López Banzo pronunció unas palabras para agradecer esa muestra de agrado. Aprovechó la ocasión para reivindicar la figura de José de Torres como uno de los grandes músicos españoles de todos los tiempos, y ofreció, fuera de programa, el "Grave" de la cantada Mortales hijos de Adán, obra hasta hace poco desconocida que se ha recuperado recientemente en el archivo de la Catedral de Guatemala.