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Animalario lleva al Alhambra una velada de "boxeo emocional"

  • La compañía recrea un ring con Urtain, uno de los grandes personajes mediáticos de aquella España en blanco y negro con olor a tabaco, coñac y sudor

José Manuel Ibar, Urtain, fue uno de los grandes personajes mediáticos de España hasta que se lanzó desde la terraza de un décimo piso en 1992. El salto al vacío de este boxeador vasco fue la culminación de una turbulenta peripecia vital y sirve de punto de partida de la obra que Animalario y el Centro Dramático Nacional presentan hoy y mañana en el Teatro Alhambra, con dirección de Andrés Lima y textos de Juan Cavestany.

En la obra Juan Cavestany se sirve de la historia "de un púgil tan mediocre como era la España franquista de finales de los años 60 y comienzos de los 70 del siglo pasado", según ha escrito el propio dramaturgo, para plantear una velada de "boxeo emocional" sobre un hombre que en realidad se pelea con el mundo para saber quién es.

Si Animalario era ya una de las compañías más poderosas de la escena actual, su unión con el Centro Dramático Nacional, en este último trabajo, le ha permitido afrontarlo de un modo realmente espectacular.

Porque Urtain es, sobre todo, un gran espectáculo -como lo es el boxeo- con unos recursos magníficamente aprovechados. En el centro: el boxeador vasco que consiguió 27 KO seguidos en 1968 y luego no pudo ganarle a la vida ni un solo combate.

Con una escenografía diseñada por Beatriz San Juan que recrea un ring, esa España en blanco y negro con olor a tabaco, coñac y sudor desfila ante el espectador a lo largo de los diez asaltos que estructuran este montaje.

"Urtain convirtió su vida en un auténtico combate. No fue sólo un juguete roto. Cavestany decidió empezar por el final, conocido por todos, y caminar hacia el origen", explicaba Roberto Álamo, el actor que encarna al también conocido como Morrosko de Cestona.

Junto a él, otros siete actores se reparten un total de 56 personajes, entre los cuales descuellan algunos iconos de la cultura de la época, como el cantante Raphael (interpretado por Luis Bermejo), el periodista José María García (que en Sevilla será Alfonso Lara en lugar de Alberto San Juan, con quien se alterna en el papel) e incluso Suárez y Pedro Carrasco (dos de los roles a cargo de Mark Martínez).

Para Roberto Álamo, cuya composición de Urtain ha entusiasmado al público y la crítica, "el logro de Cavestany ha sido usar la biografía de Urtain para hablar de un tiempo cargado de simbolismo y de la educación recibida durante el franquismo, que se cargó afectiva, emocional y hasta sensorialmente a varias generaciones. Porque, aunque haya símbolos pugilísticos, ésta no es una función sobre boxeo". La actriz Luz Valdenebro, que encarna a ocho personajes, entre ellos la mujer de El Lute, insiste en esa idea. "Animalario ha querido indagar aquí en las razones y carencias que llevan al ser humano a la violencia", afirma.

Pero Urtain no acaba de ser tampoco una pieza sobre el boxeo. De hecho los únicos golpes que aparecen son los de Henry Cooper cuando le destrozó la cara y le quitó el título de Europa. Es sencillamente la historia de un hombre, a priori no muy interesante, que ha tenido la suerte de ser interpretado por un actor como Roberto Álamo, que ha hecho un trabajo vocal y físico realmente sensacional. Su presencia, más el buen hacer de todos y una impresionante escena final en la que se muestra la estupidez de la violencia, hace que el público se levante y aplauda a rabiar.

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