El ruido -nunca mejor dicho- que ha traspasado estos días las insonoraciones del sentido común, ayer tuvo que poner un punto y seguido. Para imprimir el final, al parecer aún aún falta.

Después de que el histórico pub Ruido Rosa anunciara su cierre definitivo, en un comunicado en el que cargaba contra el Ayuntamiento y Junta de Andalucía, y les afeaba su poco compromiso con el desarrollo de una vida fértil de la música en directo en esta ciudad, el Consistorio granadino se apresuró a convocar una reunión para aclarar los términos de la nueva normativa en el campo de la acústica, el foco principal del problema.

Dicha reunión finalmente tuvo lugar ayer en el Ayuntamiento, y agrupó, además de al alcalde, Paco Cuenca; a los representantes de las principales salas de Granada, como Industrial Copera, el Son o Planta Baja, además de otros representantes del ocio de la ciudad y a técnicos de Medio Ambiente municipales.

La asamblea tuvo como objetivo prioritario tratar el futuro de los locales de música en cuanto entre en vigor el mes que viene la nueva ley autonómica que regula la acústica en los locales nocturnos.

En el transcurso de la conversación quedó patente que los pormenores de esta legislación no estaban correctamente explicados, y que por ende, los profesionales del ocio incurrían en errores a la hora de interpretarla, según explicaron fuentes del Ayuntamiento.

En ningún caso, cuentan, las sanciones se llevarían a cabo de oficio, y no llegan directamente a la policía sino al Ayuntamiento, que tras la infracción habría de proceder a pedir una inspección del local, por si no estuviera correctamente acondicionado en cuestión acústica.

Ayer, tanto los profesionales como el gobierno local llegaron al acuerdo de reparar el daño con la redacción de un informe pedagógico explicando la nueva norma para que no haya más malentendidos. Además se creará una mesa de trabajo mixta -músicos y gobierno- en la que se estudiará la normativa.