El director iraní Behnam Behzadi abrió ayer la sección oficial del Festival Cines del Sur de Granada con la película Before de burial, que, a su juicio, muestra "una historia real, pero no de una sola persona, sino de una generación completa después de la revolución islámica".

Se trata del primer largometraje de ficción de este director de 33 años que también ha trabajado como montador y ha escrito numerosos guiones cinematográficos, entre los que destaca la co-escritura de Half Moon, de Bahman Ghobadi. Behzadi vinculó las influencias de sus trabajos con la posibilidad de acceso que tienen los creadores de su generación a internet, las novelas o la poesía de todo el mundo, aunque recordó que la estructura narrativa que emplea "viene de Occidente".

Hace veinte años, Siamak, el protagonista de Before de burial, era un estudiante de Medicina que fue expulsado de la universidad y encarcelado por sus actividades políticas, aunque su vida no sólo se ve trastornada en el plano profesional sino también en el terreno sentimental. Pasado el tiempo y reconvertido en conductor de autobús Siamak se lamenta sobre todo del futuro que no pudo ser y adopta varias resoluciones antes de abandonar el mundo, durante su cuadragésimo cumpleaños.

"La película no está hecha para el gran público", aseguró el director en referencia a la estructura "desordenada" del filme e indicó que ha querido alejarse del estilo del cine iraní, que a veces le resulta "demasiado repetitivo". Asimismo, mantiene haber mostrado la visión "real" de la ciudad de Teherán y se ha diferenciado de otros directores iraníes que buscan "dejar los mensajes de sus películas muy claros", ya que "si hay algo que decir, va a estar implícito en la historia".

Behzadi ha aseguró que "podría llorar" al pensar en la situación "tan dura" que vive su país tras las últimas elecciones en las que ha sido reelegido presidente el ultraconsevador Mahmud Ahmadineyad y destacó también que si la gente lo ha votado "es más duro todavía porque quiere decir que están controlados por los medios de comunicación, que a su vez están en manos del Gobierno".

"Lo más duro es ver cómo la gente se queda absorbida por esta manera de pensar", lamentó el director, que prefirió no profundizar en el tema político porque "quiero volver a Irán".