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Brasil en danza

  • El Grupo Corpo de Belo Horizonte actúa esta noche en el Teatro del Generalife con la puesta en escena de dos de sus piezas clásicas: 'Breu' y 'Parabelo'

Hace treinta y cinco años, nacía en Brasil una compañía de danza contemporánea con el objetivo de funcionar como un grupo de trabajo sin individualidades. Corría el año 1975 y en el país del Amazonas no existían precedentes, por lo que estos alumnos de maestros argentinos como Oscar Araiz, Norma Binaghi o Cristina Barnils comenzaban una aventura pionera. Rodrigo Pederneiras, el principal coreógrafo y uno de los fundadores del Grupo Corpo de Belo Horizonte junto a su hermano Paulo, ha dado a esta formación de veinte bailarines una identidad de movimiento inconfundible, donde la danza clásica busca la expresión contemporánea no sólo en el folklore brasileño, sino también en las danzas de calle.

Las coreografías que interpretarán esta noche en el Generalife gracias al patrocinio de Ferring son: Breu, con esta pieza dejan aparcado su lado más lúdico para trabajar desde una angulosidad y brusquedad muy marcadas. Parabelo basa su coreografía en la música sertaneja, del interior del país, o las danzas de xaxado, interpretadas exclusivamente por hombres en su origen. Parabelo es una región de Brasil muy seca, árida y pobre, aunque su arte es colorido, alegre y muy vivo. Breu, una coreografía de conjunto, que mantiene al espectador en tensión permanente. La música de Lenine atraviesa diferentes momentos de la historia de la música: comienza con el ruido del viento, progresivamente se van incorporando diferentes sonidos hasta llegar a un lev motive que se repite con diversas combinaciones de instrumentos, recordando la estructura del Bolero de Ravel; luego va recorriendo diferentes ritmos, como jazz, new age, heavy metal, hip hop... Lógicamente, la coreografía acompaña estos cambios incluyendo pasos típicos de cada uno de estos rítmos; sin contar un pasaje en que parece que los bailarines están haciendo tap pero sin las tapas de metal que producen el sonido característico de esta danza. Interesante es el fragmento en el que parece que dos bailarines están haciendo sumo por la forma en que sus cuerpos se relacionan. A lo largo de toda la obra, los cuerpos se estremecen, golpean contra el suelo repetidamente, con las rodillas, la espalda, las manos…

Coreografía plagada de secuencias de movimientos en canon, heterogénea en su concepción (la música y la coreografía dan cuenta de ello), no hay dos vestuarios iguales, todos en blanco y negro, algunos con rayas verticales, otros con rayas horizontales o diagonales, otros con manchas y algunos combinando varios tipos de estampados.

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