Rocío Márquez, Laura Vital, Niño de Elche y Manolo Franco son los cuatro nombres propios de Convivencias, el espectáculo que se puso anoche en escena en el Teatro Alhambra dentro del ciclo Flamenco Viene del Sur.

Convivencias se cuenta a través de 4 artistas: la guitarra flamenquísima del maestro Manolo Franco y las voces, sobradas de talento, de tres jóvenes cantaores: Laura Vital, Niño de Elche y Rocío Márquez. Dualidad constante; latente la tradición en la base pero con una clara evolución en giros melódicos y encadenamientos rítmicos, consiguiendo dinamismo en las formas y en el contenido. Ellos se permiten pasear por un gran abanico de estilos, haciéndolo sin efectismos, sólo ellos, utilizando formas originales de presentar los cantes en el escenario, cuidando la estética y las dinámicas de la escena nuevamente desde la dualidad, desde la tradición y los nuevos lenguajes. El resultado final se resume simplemente en una palabra: frescura.

El sevillano Manuel Franco Barón, cuyo toque definen como "diligente y pulcro", es habitual de la Bienal de Flamenco de Sevilla, donde últimamente ha hermanado su guitarra con la de Niño de Pura. La gaditana Laura Vital, aficionada y estudiosa del cante desde niña, enseña actualmente Cante Flamenco en el Conservatorio de Sevilla y es una de las voces más privilegiadas de su generación.

La onubense Rocío Márquez se formó en la Peña Flamenca de Huelva y en el conservatorio de su ciudad. Entre sus galardones destaca la Lámpara minera del Festival del Cante de las Minas de La Unión 2008. Niño de Elche, un cantaor innovador y comprometido con sus ideales políticos y sociales, adapta habitualmente a poetas como Miguel Hernández, León Felipe o Fernando Villalón al flamenco y ya en su primer trabajo, Mis primeros llantos, se acompañado de artistas de la talla de Juan Ramón Caro, Manolo Franco o José Antonio Rodríguez.