Existen una serie de artistas que forman parte del núcleo generador del arte de cualquier ciudad. Son autores que están al margen de modas y modos, que gozan de un estamento de privilegio conseguido por su rigurosidad creativa y por el tiempo, que pone en su sitio a aquellos que se lo merecen; artistas que, aún sin comulgar abiertamente con la creencia que mueve a cada uno, se les concede la máxima consideración por su seriedad en todas sus circunstancias. En el ánimo de todos prevalece ese ramillete de artistas que gozan de una dimensión de manifiesta credibilidad. En mi particular altar de autores granadinos, aquellos que forman parte de ese pequeño olimpo de lares domésticos a los que reverenciar por su indiscutible artisticidad están Miguel Rodríguez Acosta, Juan Manuel Brazam, Carmelo Trenado, Alejandro Gorafe y Juan Vida. Existen muchos artistas importantes, incluso algunos que pueden ser hasta de mayor trascendencia, pero ellos son los autores que conforman ese grupo de nobles que configuran un estamento de clara referencia para mí.

No es Juan Vida un artista que se prodigue demasiado en los circuitos expositivos. Quiero recordar que su última muestra fue con motivo de la inauguración del Cuarto Real de Santo Domino; ahora vuelve a aparecer con una importante exposición en los espléndidos espacios del Centro Damián Bayón de Santa Fe. Obras que ocupan un estamento cronológico de más veinticinco años - la primera gran obra es 14 de Julio, pintada en 1990 y, la última Equilibrista sobre la nieve, de este mismo año 2017. Entre una y otra un apasionante recorrido por uno de los grandes pintores de Granada. La muestra nos conduce por la iconografía habitual del artista, el niño, los animales, los toboganes, los juguetes, ese paisaje cercano, casi metafísico... que conforman un patrimonio representativo donde nada queda aislado de un conjunto que aúna voluntades artísticas hasta conseguir piezas redondas tanto en continente como en contenido.

'Equilibrista sobre la nieve' o '14 de julio' son algunas de las obras que recoge la muestra

Esta muestra de Juan Vida viene a situarnos en el amplio escenario de la vida artística del pintor granadino; obras que forman parte, ya, de la historia de la pintura granadina y que implican de lleno en la escena íntima de un pintor culto que sabe adecuar su pintura a un conocimiento de la historia del arte, sobre todo, de aquella de la que se sirve para estructurar un trabajo cuyo planteamiento figurativo se adereza desde una pintura de fuerte referencia abstracta que le sirve de soporte para el tratamiento formal de sus fondos.

La exposición nos presenta algunas de las grandes obras de su, ya casi mítica producción, donde el tratamiento de la materia plástica y de las formas representativas nos sitúan ante un autor con un lenguaje particular que se pone de manifiesto a través de unos elementos protagonistas; especialmente la realidad representativa de sus animales, cuya importancia en el conjunto de las obras oscila desde la simple ilustración de la escena a una especialísima intervención plástica y estética en el argumento definitivo.

De nuevo, nos encontramos con un Juan Vida, pintor total; creador absoluto de una iconografía de referencia que suscribe uno de los momentos más significativos del arte granadino de los últimos tiempos.