Músicos: José Ignacio Lapido (guitarra y voz), Popi González (batería), Paco Solana (bajo), Víctor Sánchez (guitarra) y Raúl Bernal. Aforo: 600 personas. Lugar: La Industrial Copera. Fecha: 9 de abril de 2011.

"Cuando vas a un concierto de Lapido, no vas a oírle cantar: vas a cantar tú, y a corear con todo el público sus canciones". Ese comentario dicho por uno de los seguidores del guitarrista granadino le viene al dedillo. José Ignacio Lapido se ha hecho con una legión de incondicionales que han tenido en sus canciones el espejo de sus vidas, que han crecido con su música y han madurado con sus letras. El concierto del sábado en La Industrial Copera duró exactamente dos horas y diez minutos, pero podía haber durado perfectamente cinco horas de haber dependido del público. Y si terminó, fue porque el guitarrista tenía que decir en algún momento "esto es todo, amigos". En otros casos, el público se pregunta qué canciones han quedado en el tintero, porque quieren escucharlas todas. Lapido es así. Ha conseguido atrapar a un puñado de gente por las solapas y vapulearla a su antojo.

Arropado por una formidable banda, en la que destacó la labor del segundo guitarrista, Víctor Sánchez, que daba muestras evidentes de estar pasándoselo de miedo, Lapido regresaba a Granada para presentar, otra vez, su último disco, De sombras y sueños, ya que en la anterior ocasión mucho público se quedó en la calle. Éste es un gesto que le honra, ya que muchos asistentes venían de fuera de la ciudad.

Desde los primeros compases de Escrito en la ley, tema de En otro tiempo, en otro lugar, con el que arrancó la actuación, la banda consiguió entusiasmar a los asistentes. Luego arrancó con los nuevos temas que el público coreaba como si los conociera desde hace diez años. Una de las sorpresas de la velada fue la interpretación, después de ocho años, de El dios de la luz eléctrica. La elección de este tema, por su letra, no parece casual por parte de Lapido en estos tiempos de crisis: "¿Es así el paraíso, o es el capitalismo que nos nubla la visión?", "Acaba de morir de viejo el nuevo orden mundial".

En las más de dos horas, el guitarrista hizo un repaso de toda su discografía en solitario con temas como Algo falla, En medio de ningún lado, Nunca se sabe, El ángulo muerto, Más difícil todavía, Cuando el ángel decida volver, En la antesala del dolor... Rindió también un pequeño homenaje a 091con temas como Canción del espantapájaros, Esta noche y Otros como yo, y dejó satisfecha a una multitud de treinta añeros que han hecho de las canciones de Lapido sus himnos personales.