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Mónica Naranjo muestra en Granada su lado más íntimo

  • La cantante presenta esta noche en el Palacio de Congresos 'Madame noir'

Subida a unos tacones de vértigo, Mónica Naranjo insiste en la felicidad que le produce estar en casa, sin más compañía que la de su marido, su hijo y sus perros, pero la cantante no para de embarcarse en proyectos artísticos como Madame Noir, el nuevo y sugerente espectáculo de la artista catalana que presenta esta noche en el Palacio de Congresos de Granada (21 horas).

"Al principio pensamos hacer una gira muy desnuda, con el maestro José Herrero al piano, pero se nos quedaba un poco fría. Como a todos nos apasiona el cine, y sobre todo lo que ocurre entre bambalinas, decidimos hacer una comedia donde diéramos a conocer lo que sucede en backstage", explica Naranjo.

Las órdenes del director, las carreras apresuradas de las actrices, las sesiones de maquillaje, los líos con el vestuario... aspectos desconocidos para el gran público y que conforman buena parte del imaginario de Madame Noir, cuyo guión corre a cargo de Miriam Díaz Aroca. "Nos estamos riendo mucho. Los personajes sufren de tal divismo que ni siquiera lo saben, y todo resulta muy cómico. Madame Noir mantiene una guerra de poder y ego con el director, un chico joven con un gran futuro, mientras que ella es una veterana que actúa con ese rollo de 'sé más que tú'", explica Naranjo (Figueras, 1974).

"Puede que parezca un musical, pero es un concierto. En los recitales siempre hemos trabajado con cuerpos corales, cuerpos de danza, vídeos, proyecciones... Esta vez trabajamos a partir del arte, que no es sino otra manera de hacer un espectáculo", añade.

La vocalista describe a su personaje como "buena gente, pero muy solitaria". "Es una actriz que se ha curtido mucho a lo largo de los años; lo más importante para ella es el trabajo, pero cuando sólo cultivas esa parte de tu vida y los años van pasando, al final te quedas solo, porque te haces más frío e irascible", reflexiona.

Con aires de cine negro, el espectáculo se ambienta en las décadas de los cuarenta y los cincuenta. "Es una estética muy bonita, tanto para el hombre como para la mujer. Era arte puro, con personajes muy enigmáticos y carismáticos", apunta Naranjo.

"Para crear a Madame Noir he tratado de coger un poquito de todas las grandes actrices de la época, sobre todo sus lados más personales. Resultaban muy insoportables en ciertas ocasiones, pero también hay que entenderlas, porque eran mujeres bellísimas y muy mimadas. Para ellas todo era posible", apostilla. Lágrimas de escarcha, Miedo, E penso a te, Enamorada, Insensatez o Nessun dorma son algunas de las piezas que conforman el repertorio de Madame Noir, donde Naranjo ha incluido muchas canciones que no había interpretado en directo.

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