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Música reinterpretada

El segundo concierto del ciclo matinal Amor humano, amor divino estuvo a cargo del Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana. Para este último concierto matinal de esta edición del Festival Jordi Casas, director del Coro del Palau, nos propuso un programa sumamente original. Durante aproximadamente una hora se nos han expuesto grandes monumentos de la música coral de todos los tiempos, desde Heinrich Isaac a Manuel de Falla; sin embargo, lo novedoso del programa es que no se ha acudido a las fuentes originales, sino que se han buscado revisiones hechas por otros músicos. De este modo, el concierto del Coro del Palau nos ofreció un repertorio reinterpretado, pequeñas joyas de la música vistas a través de un prisma diferente.

Durante el concierto se han intercalado entre las piezas vocales intervenciones de la pianista Diana Baker, que a su vez ha presentado reducciones o versiones para piano de obras escritas para coro. El programa se abría con Insbruck ich muss dich lassen de Heinrich Isaac, una canción escrita en stilo antico que ha servido a la formación de Jordi Casas para demostrar su destreza en el terreno de la polifonía tradicional. Le ha seguido la interpretación de la transcripción que Ferruccio Busoni hizo para piano del preludio Ich ruf' zu dir, Herr Jesus Christ de Johann Sebastian Bach. Diana Baker ha estado muy acertada en este ejercicio de contrapunto para tecla, preludiando la interpretación por parte del Coro del Palau de Schein uns, du liebe Sonne, obra de Antonius Scandelli reinterpretada por Arnold Schönberg.

Tras una nueva intervención del piano, esta vez para tocar la transcripción que Myra Hess hizo del famoso coral bachiano Jesus bleibet meine Freude, Jordi Casas ha acometido con su coro la puesta en atriles de la canción Ilumina nos de Carlo Gesualdo; la versión utilizada es la que a comienzos del siglo XX escribiera Igor Stravinsky, que sin modificar la textura inicial añadió dos voces y la dotó de una modernidad inusitada.

Las siguientes intervenciones de Diana Baker, si bien correctas, no han sido de lo más acertado del programa. Primeramente, ha acometido la Balada núm. 2 de Chopin para introducir el marco adecuado a la interpretación por el Coro del Palau de Balada a Mallorca de Manuel de Falla. Después, ha tratado de transmitir todo el patetismo y virtuosismo de la transcripción que Franz Liszt hizo de la Muerte de Isolda de Wagner. Nuevamente, la réplica del Coro del Palau ha estado superior, con una impactante versión del Stabat Mater de Palestrina en transcripción de Wagner.

Si bien el compositor alemán no alteró una sola nota de la partitura original, realizó un maravilloso juego de texturas al definir dos coros, y dentro de cada uno dos cuartetos vocales; con esta disposición pudo jugar no sólo con los efectos estereofónicos, sino también con las texturas, que van desde las bicinias al tutti pasando por una amplia gama de combinaciones vocales. Particularmente en esta obra Jordi Casas ha podido mostrar la ductilidad y versatilidad de la formación que dirige, ofreciendo uno de los momentos cumbres del recital.

Para concluir, se ha ofrecido una versión de Niño Dios d'amor herido, un famoso villancico renacentista de Francisco Guerrero, que ha re-escrito José Luis Turina para coro y piano. Enriquecida con efectos y glosas instrumentales, esta pieza ha servido para dejar un buen sabor de boca y arrancar una prolongada ovación del público asistente.

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