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Walt Whitman, la mejor medicina

  • Antonio Campos, catedrático de Histología de la Universidad de Granada, utiliza textos de Umbral o Lorca para explicar a sus alumnos el hígado o la gestación

El encuentro de Antonio Campos con Walt Whitman no fue en Inglaterra como parece indicar su biografía, ya que estudió en su juventud en Londres y Pittsburg. Conoció su poesía estudiando Medicina en España, cuando un compañero de curso le preguntó si había leído Hojas de hierba, un libro del que el catedrático de Histología de la UGR y miembro de la Real Academia Nacional de Medicina ofrece esta tarde una lectura comentada en la Biblioteca de Andalucía, en un acto organizado por el Ateneo de Granada (19 horas).

Pero Campos va mucho más allá y, en sus clases, llega a utilizar textos literarios para definir, por ejemplo, qué es el hígado, un paréntesis literario de tres minutos en una clase de hora y media. En este caso usa una definición de Francisco Umbral de su libro La belleza convulsa: "Aquí está mi hígado que ha cumplido siempre como un obrero de la Perkins. Silencioso y misterioso, haciendo sus labores de torta y alambique, trabajando como una turbina, amo a mi hígado desesperadamente, gato interior que jamás me ha arañado, ronroneo del vivir que no percibimos, nada más conmovedor en el silencio de la madurez que el silencio autogestionado de mi hígado".

En Yerma, de García Lorca, Campos encuentra la mejor definición de qué es la gestación: "Es como tener un pájaro vivo agarrado entre las manos". En su opinión, no hay metáfora mejor.

Respecto a Whitman, sus versos le siguen impactando décadas después. "Hojas de hierba es un libro que, de alguna forma, te abre al mundo de una manera positiva, te hace ver las cosas de manera entusiasta, abierta, y cuando paso malos momentos siempre recurro a este libro porque me parece que encierra todas las posibilidades de contacto del ser humano con este mundo", explica el catedrático. Los que no conocen al poeta norteamericano sí saben, aunque no lo sepan, uno de sus versos, que aparece de forma constante en la película El club de los poetas muertos: "Oh capitán, mi capitán".

Y aunque la mayoría de 'letraheridos' comenzaron leyendo a poetas franceses como Rimbaud o Baudelaire, Antonio Campos defiende la vigencia de Whitman porque es un autor "apropiado para todo tipo de personas independiente de su formación científica o literaria por tratarse de una obra humanista y panteísta".

Tenía 19 años cuando las hojas de hierba se instalaron de manera perenne en su librería. ¿Intenta ahora desde su sillón de profesor inocular el veneno de la poesía en sus alumnos de Medicina? "Es muy importante, el médico debe separarse un poco de un mundo que en muchos casos es dolor y muerte, creo que el estudiante de Medicina es muy peculiar porque estudia cosas que les pueden pasar a un familiar o a ellos mismos, por eso es necesario diversificar el contacto del médico con el mundo y ver otros aspectos de la vida como la literatura o la música, por eso entre los profesionales de la Medicina hay escritores o músicos estupendos porque de esta manera completan su inserción en el mundo", defiende Campos. De hecho, es más habitual que un profesor de ciencias se interese por las artes que un profesor de literatura investigue la física cuántica.

En este sentido, el profesor defiende la definición de cultura de Ortega y Gasset: "Un ser humano tiene que conocer el repertorio de ideas que permiten conocer el mundo". "Por eso, igual que un médico debe entender de manera general de física o química, creo que también un ser humano no está completo si es un profesional de las humanidades que no sabe por dónde va el mundo de la Medicina, no debemos acotar nuestra presencia en el mundo". De hecho, cuando fue decano de su Facultad, creó un aula de Medicina y Literatura por la que pasaron autores como José Hierro, Antonio Carvajal, Luis García Montero o Ayes Tortosa.

En cuanto a la poesía en inglés, cree que hay algo de cierto en el tópico de que el castellano ha avanzado bastante más en este camino que la lengua de Shakespeare. Pero no se cierra en banda de ninguna manera y, en sus viajes, procura ir a las librerías a comprar libros de poetas jóvenes porque a través de sus textos puede comprender de un plumazo cómo respira ese país. Respecto a los que creen que Leonard Cohen es el mejor poeta de la actualidad en lengua inglesa, Campos destaca también la figura de Seamus Heaney, un autor algo más "críptico" y que hace unos años participó en el Festival Internacional de Poesía de Granada.

Por último, respecto a la situación actual de la Universidad de Granada, Campos -que fue candidato a rector hace unos años- cree que es el momento de desarrollar todas las capacidades en la actual situación de crisis. En su hoja de ruta no figura presentarse de nuevo al rectorado y prefiere seguir con sus investigaciones sobre la piel artificial, entre otras cosas.

Pero tiene claro cuál es el camino que él tomaría: "La Universidad debe aspirar a ser como Oxford o Cambridge, donde no tienen estatutos de 300 reglamentos y pretenden desarrollar todas las habilidades de los universitarios", explica Campos haciendo suya la frase de Boadella de que el ciudadano, al despertarse, ya ha incumplido 200 leyes. "Vivimos en una sociedad demasiado reglamentada, pasamos la vida rellenando papeles", continúa. ¿Es Antonio Campos un anarquista que respeta los semáforos? "Sí, la ley tiene que estar al servicio de la gente", concluye el catedrático.

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