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"Estoy aquí atravesando la vida"

UNA editorial de Alicante acaba de publicar Siéntate y te lo cuento, un volumen de textos narrativos breves del que es autor Antonio Espinosa, catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Granada.

Conozco desde hace años la inédita dedicación literaria del profesor Espinosa, que no hace mucho publicaba un estimable libro de versos, Equipaje de Argonauta, y que ahora se decide por fin a dar a conocer un conjunto de prosas narrativas que, ya desde la primera lectura, descubren positivamente su sensibilidad estética, su capacidad de observación de la realidad circundante, sus maneras de sentir el mundo contemporáneo, amén de sus indudables dotes para la ficción literaria y su fácil dominio del lenguaje y de un estilo propio.

Ahora bien no menos inmediatamente se descubre que uno de los valores persuasivos de este conjunto de textos, interrelacionados y sutilmente unidos entre sí, se basa en que el autor ha seleccionado procedimientos técnicos que con rapidez atrapan la atención del receptor: utilización intermitente de la voz narrativa en primera persona, en la que no se oculta su pertenencia al mundo de las ciencias experimentales, y, desde el mismo título escogido, clara voluntad de adscripción del volumen al género narrativo y presencia continuada de la figura de un lector explícito al que se apela directamente, a lo que habría que añadir una habitual precisión temporal y espacial identificable. Sin duda es la acción narrativa la que da sentido literario a todo el conjunto, pero más allá de ella también identificamos en algunos fragmentos o en ciertos textos muestras de otros tipos de registros: poesía, descripción pura, dominio del diálogo, escritura de diario, notas de lectura, etc.

Pero si se profundiza algo más, este conjunto de textos, en su brevedad individual, revelan un claro y original aire borgiano donde lo narrativo y lo fantástico se entretejen con sencillas y agudas reflexiones filosóficas y científicas. En este sentido, hay que precisar que, en efecto, en muchos de estos relatos nos encontramos con una brillante utilización de lo fantástico entrelazada con una presencia importante de planteamientos próximos al ensayo que sirven de marco o meta final reflexiva de algunos textos.

Esta utilización cruzada del género narrativo del cuento y del género ensayístico, que ofrece abundantes ejemplos en la historia literaria, es una de las marcas más interesantes del volumen en cuestión, en el que se pueden delimitar gran variedad de preocupaciones temáticas: el paso del tiempo y su magia, las distintas dimensiones del ser y la realidad, el poder de los sueños, la importancia del azar, la relación entre el gesto y el sentimiento, la soledad y la vanidad humanas, la vida rutinaria, el equilibrio mental, el fenómeno de la globalización, el problema de la verdad y la falsedad, la interpretación geométrica de la realidad social, la invención verbal y el acto de escribir y, finalmente, la relación humana con el paisaje, que no sería una realidad estática sino dinámica al revelarse su carácter de interlocutor con el que lo contempla.

Y aún hay algo más, porque a esa característica central del libro, que lo recorre de punta a punta, está el dominio en sí del aludido género fantástico, que específicamente se pone de manifiesto en una serie cuentos de gran interés, como los titulados El túnel, Shihou, El anillo, Plutón y El río de la doble realidad, verdadera "miniatura literaria" y perfecto ejemplo de cuento breve, en que la voz narrativa nos relata en un primer momento una escena tal como dice que la ha visto y después, en un auténtico quiebro final sorprendente, la vuelve a escribir y recordar, sin explicación ninguna, de forma absolutamente diferente, muestra de las posibles y distintas dimensiones de la realidad observada.

Estamos, pues, ante un buen racimo de prosas literarias de un autor outsider, que sabe más de literatura de lo que cree, y del que esperamos la pronta publicación de nuevas muestras de su hasta ahora oculto oficio de narrador, cuyo lema bien podría ser la frase de la anciana alpujarreña que centra la atención del texto que abre el volumen: "estoy aquí atravesando la vida".

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