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Una cita notable

  • La música de Manuel de Falla, con el centenario de 'Las noches en los jardines de España', Lorca, Cervantes y Shakespeare llenarán necesarios espacios de recuerdos

No decepciona, en una primera lectura del programa presentado ayer, la 65 edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Y no lo hace por varios motivos importantes: el primero de ellos, por la atención a dos capítulos básicos de la historia del principal certamen cultural de Granada, como son los sinfónicos y los de danza. El segundo, por la aportación de figuras tantas veces reclamadas por el crítico, como es el caso de uno de los grandes tenores peruanos y universales como es Juan Diego Flórez que abre el Festival, apoyado por la Orquesta Ciudad de Granada, tan vital en la historia de los 25 últimos años del mismo, y que en un segundo concierto interpretará la 5ª Sinfonía, de Beethoven. No es habitual reunir en el primer ciclo orquestal a agrupaciones como la OCG, la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE -en uno de sus dos conciertos con ofrendas a Cervantes y Shakespeare, en sus centenarios, y con el regreso de Gómez Martínez-; la Royal Philharmonic Orchestra, que con Dutoit y Perianes rendirán homenaje al centenario de Noches en los jardines de España; la BBC Philharmonic; la London Symphony Orchestra con la Sinfonía Num. 2, de Rachmaninov; La JONDE, el Ensemble Artaserse, con solistas, recitadores y notables directores.

También hay que felicitarse por el programa de danza, que inaugura la Compañía Nacional de Danza, con Don Quijote y una gala en homenaje a Maya Plisetskaya; las estrellas del Ballet del Teatro Bolshoi de Moscú, con dos programa integrados cada uno por L'aprés-midi d'un faune, la versión que hizo Nijinsky, o Cisne negro y Muerte del cisne, para cerrarlo un romántico, tantas veces programado en la historia del Festival, como El lago de los cisnes, esta vez a cargo de Ballet del Teatro Nacional de Praga. En medio, Eva Yerbabuena propone su ballet Apariencias.

Entre música de cámara, recitales en Palacio, matinales, un sólido flamenco con figuras como Cañizares, Arcángel y su tablao o Poveda, hay que señalar la atención a otras conmemoraciones. Me he referido a los IV centenarios de Cervantes y Shakespeare, pero también se recuerda el 80 de la muerte de Lorca y el centenario de la muerte de Joaquín Granados, en el barco torpedeado por un submarino alemán, en el Canal de la Mancha, en el que viajaba, junto con su esposa de regreso, tras la presentación de Goyescas, en el Metropolitan de Nueva York.

Habrá que atender, en su momento, a la unión que hace el Festival a la música y la palabra, por sí misma. Y en esa simbiosis o maridaje se incrustan acertadamente esas referencias cervantinas o lorquianas que, como tantas veces he dicho, no deberían estar ausentes en un Festival como el de Granada, en el que no bastan las dedicadas, por obligación y devoción, a Manuel de Falla, sino al que al poeta más universal de todos los tiempos después de Cervantes, como es Federico García Lorca. No sólo las inspiraciones musicales que han proliferado, sino su palabra pura y -¿por qué no en un Festival que debería ser no sólo musical, sino cultural en su totalidad?- su teatro.

El Festival, entre las sesiones habituales, los cursos, el FEX, el dedicado a los niños, etc. alcanza los 30 días de duración, a través de 38 conciertos y espectáculos. El presupuesto se eleva a 3.366.000 euros, con nuevos patrocinios y apoyos en una labor que hay que agradecer a sus organizadores y entidades colaboradoras que así enriquecen lo que debe significar no sólo para una ciudad, sino para una región y un país un Festival Internacional que debe estar a la vanguardia de ofertas culturales de primer orden, aunque a veces se incida en programas archiconocidos. Ofertas que tendremos tiempo de ir analizando detenidamente.

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