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El genio que nunca estuvo allí

  • La banda sonora del filme de Todd Haynes reúne 34 cortes que repasan las diversas encarnaciones de Bob Dylan, desde su cálido country-folk hasta su acidez eléctrica

Cuentan los que la han visto que la película que Todd Haynes ha hecho sobre la inabarcable figura de Bob Dylan no pasa de ser una psicodélica pirueta estilística sin demasiada lógica. Una especie de multi-retrato que sirve a un nutrido elenco de actores/actrices para meterse en algunas de las diversas y no siempre coherentes pieles del genio. Afortunadamente, el disco que en teoría contiene la banda sonora -muchas no están en el filme- sí ha logrado la garra y la línea argumental de la que, dicen, carece la cinta.

Con un repertorio apabullante del que echar mano, originales y lúcidas revisiones se alternan con fieles lecturas tanto de clásicos ineludibles como de temas recónditos. La cohesión es fruto de que una buena parte de los 34 cortes están grabados fundamentalmente por dos grupos. Uno es Calexico. Además del elemento fronterizo y mariachi, aporta profundidad al disco y con ellos se lucen Roger McGuinn, Willie Nelson o la frágil Charlotte Gainsbourg. El otro pone la fuerza y se llama The Million Dollar Bashers. El nombre puede no ser elocuente pero lo forman, entre otros, Lee Ranaldo y Steve Shelley de Sonic Youth, Nels Cline de Wilco, Tony Garnier (el bajista habitual de Dylan) y hasta un comedido John Medeski, al que vimos en noviembre con su trío en el Festival de Jazz.

Con ellos se explayan Eddie Vedder, el exPavement Stephen Malkmus, sobresaliente, o Tom Verlaine. El álbum repasa las diversas encarnaciones de Dylan: desde el cálido country-folk de porche sureño de finales de los 60 en las versiones de Sufjan Stevens o John Doe hasta la acidez eléctrica anterior al accidente de moto con Richie Havens, Cat Power, Yo la Tengo, The Hold Steady…; está el cantante protesta barbilampiño con Ramblin' Jack Elliott o Mason Jennings; también el Dylan inventando la 'americana' en un sótano junto a The Band (de esa época es la inédita que da título a la película) con el arenoso Jeff Tweedy, el suave Jack Jhonson o Los Lobos. Y por supuesto el más amargo, el del lamento sobrecogedor. En las voces de Iron & Wine, del rotundo Mark Lanegan o el más sentido Antony (& The Johnsons). Un imprescindible, en suma, para los dylanistas militantes, pero altamente recomendable para el resto. Los que piensen gastar su dinero en comprar la última entrega de Van Morrison, por ejemplo, que le echen un vistazo antes a este disco.

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