Siglo XVI. Una muchacha se dirige a buscar a un astrólogo por las callejas estrechas de Zaragoza anticipándose a su futuro. No sabe la fecha de su nacimiento pero el astrólogo sólo necesita su nombre y el de su madre para averiguar su signo. Luce López-Baralt, profesora de la Universidad de San Juan de Puerto Rico, descubrió un día un insólito manuscrito de un curioso personaje que idolatraba a las mujeres.

-¿Quién era este astrólogo?

-Él es un morisco anónimo. Hace unos años descubrí un manuscrito llamado J26, de la filmoteca de la Junta de Estudios Árabes, que hablaba entre otros temas de los horóscopos y hacía una cosa muy rara: dividía los signos zodiacales de los hombres y las mujeres en dimensiones totalmente distintas.

-¿Y qué tenía de especial el manuscrito?

-Investigué de dónde venía esa tradición zodiacal y por qué se dividían los varones de las hembras. Encontré un códice en Berlín que hacía lo mismo, otro antiquísimo de origen persa y árabe y un códice catalán del siglo XV. Estuve buscando por España pero aún no he encontrado el texto árabe original de mi texto aljamiado (con caracteres árabes pero en castellano). -Eran diferentes...

-Puse a dialogar mi manuscrito con esos otros textos y me di cuenta de que mi morisco favorecía en todo a las mujeres. Las declaraba más bellas, más afortunadas en sus matrimonios, en sus vidas... Lo más insólito, desde el punto de vista cultural del siglo XVI, es que las declaraba más inteligentes que a los hombres.

-Algo totalmente inusual.

-Iba en contra de los manuscritos de ascendencia árabes astrológicos que dividían a los hombres de la mujer, que nunca 'echaban' a la mujer la suerte con tanto favor, alegría y fortuna como éste.

-¿De qué habla?

-Trabaja la suerte del hombre y la mujer en las ocupaciones que van a tener, si van a tener éxito en los negocios, problemas de salud, heridas de algún tipo, accidentes, si iban a viajar, si eran hermosos o no...

-¿Podría darme algunos ejemplos?

-En el manuscrito las mujeres Leo eran rubias; las Escorpio, pelirrojas; las Acuario eran mujeres agraciadas y las Libra tenían grandes cejas. La belleza de la mujer sobresalía en las Leo y las arianas... aunque para él ninguna mujer en su zodiaco era fea y si bien decía de las Libra que tenían hoyitos, explicaba que estos las hacían parecer graciosas.

-¿ Y para los demás astrólogos?

-El códice catalán, del siglo XV, y sólo un poco anterior a éste, era totalmente misógino. En él, las Leo morirían como poca cosa. Por otro signo había que encender una vela el día de Todos los Santos para salvar su alma. La Virgo sería cotilla...

-¿Qué decía su morisco de los hombres?

-Ellas les superaban en belleza tanto que parecía venerarlas de una forma casi religiosa. En el caso de los hombres, ellos eran agricultores mientras que ellas eran pudientes y distinguidas, además de poseer grandes dotes para el comercio. Los hombres Aries eran simples y los Tauro, torpes.

-¿Qué teorías maneja para tanto fervor?

-Esa es la pregunta. Por qué lo hizo. Yo he llegado a plantearme muchas cosas porque iba en contra de la tradición europea y de la islámica. Pienso que sería un morisco que estaba regentando una clientela fundamentalmente femenina para echarles su suerte astrológica y que habría adaptado el manuscrito a un público femenino. También pudo ser una mujer astróloga que estuviera manejando el manuscrito.

-Usted ha descubierto manuscritos fundamentales para el estudio de la época morisca. De hecho, presentó ayer el libro 'La literatura secreta de los últimos musulmanes de España'.

-Es un libro muy cercano a mi corazón y para el que he empleado 30 años de investigación. Es el estudio de un conjunto de literatura secreta y clandestina que se gesta en el siglo XVI en España junto con Garcilaso o Lope de Vega... Con él he rescatado un mundo sumergido, algo sorprendente y estremecedor porque se da voz a gente silenciada durante cinco siglos. Son códices de magia, médicos, arqueológicos o novelas como las novelas ejemplares.