Electric Doorbells fue una soberana sorpresa, pero es que Frogs, Lemons, Sea va bastante más lejos -rumbo a un planeta quizás más acogedor, como se pregunta la protagonista de la ensoñadora Song for a Little Planet-. La segunda entrega de los sevillanos Salieri cimienta su atracción en torno a dos canciones mayúsculas, la fábula que titula el álbum, con arreglos de metal y estribillo arrebatadores, y Sad Cars, deudora del rock norteamericano, de Rain Parade a Luna, al que tanto deben Javier Neria y Diana P. El resto se saborea más lentamente, pero con igual gusto.
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