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La lluvia silencia a Carmen

  • Una tormenta obligó a suspender la versión del personaje de Merimée que propuesta por María Pagés

  • El desalojo del parking generó problemas

Los espectadores más optimistas esperaban en el patio de butacas refugiados con un paraguas.

Los espectadores más optimistas esperaban en el patio de butacas refugiados con un paraguas. / Carlos Gil

Sólo intantes antes de que diese comienzo el espectáculo se echó marcha atrás. La organización del Festival y la compañía de María Pagés esperaron hasta el último minuto para anunciar que se suspendía Yo, Carmen, la obra con la que la bailaora sevillana pensaba revisar el mito de Merimée. Durante toda la tarde-noche tanto ellos como muchos de los que tenían la entrada de la obra habían estado mirando al cielo esperando, como los cofrades, el indulto de última hora. Pero fue precisamente a partir de las diez de la noche cuando las gotas que habían estado haciendo su aparición de forma intermitente arreciaron. Una tormenta tan intesa como breve inclinó la balanza al lado del no.

Hay que reconocer que acudir con paraguas a un espectáculo al aire libre ya anuncia ruina. Antes de que la megafonía informara del desenlace interruptus de la velada, muchos de los asistentes aguardaban en el patio de butacas parapetados haciendo uso de ellos o de chubasqueros.

La bola estaba en el bombo, pero tanto el público como el Festival quisieron intentarlo. En las 66 ediciones de un festival con más de dos semanas de espectáculos al aire libre no era lógicamente la primera vez que pasaba. En los espectáculos sinfónicos del Carlos V hay un plan B: el techo del Manuel de Falla. No ocurre lo mismo, con el ballet, que tiene que suspenderse porque las exigencias técnicas no permiten su traslado al escenario del Auditorio alhambreño.

En esta ocasión, como en las anteriores, se devolverá el dinero de las entradas. Así se anunció anoche a la vez que se comunicaba la suspensión: hoy el Festival colgará en su página web las indicaciones pertinentes porque los tickets han sido adquiridos de formas muy diferentes. "Antes se abría un plazo para retirar en taquilla el dinero", recuerda el crítico musical Juan José Ruiz Molinero.

No supondrá un demérito para el Festival, porque fuentes de la organización aclararon anoche que hay un seguro que se encarga del reembolso en caso de este tipo de contingencias.

Casi todos los asistentes se mostraban muy tranquilos con la devolución del dinero y compresivos con la suspensión. "Hija, es lógico, estaba el escenario entero mojado. Es lógico, se pueden resvalar con los tacones", decía Dori Palencia. "Lo veíamos venir. Llevábamos un rato en la Alhambra tomándonos algo para hacer tiempo y lo estábamos esperando", comentaban Pablo Álvarez y Chabela Aguilar.

Sin embargo, no todo el mundo estaba tranquilo porque la salida del aparcamiento generó muchos problemas. Ante la larga cola para pagar el ticket, Dolores Andrade y Mariana Contreras pedían la hoja de reclamaciones. "Es indignante, no nos dejan salir y ni un sólo empleado del Festival ha venido a dar ninguna explicación. Entendemos que se suspenda si llueve y no se trata tener que pagar, pero estoy mayor y tengo que guardar una larga cola aquí bajo la lluvia", se quejaban indignadas.

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