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"El mundo del cine hoy pasa por internet: la red es el verdadero futuro"

  • El director granadino analiza con ironía y rabia la crisis económica en su último corto, 'Trapos sucios', rodado en el Albaicín y que describe un ambiente de corrupción política, desempleo, y miseria social

La crisis esconómica también puede despertar la imaginación. Es el caso del realizador granadino Óscar Berdullas que, con su último cortometraje, Trapos sucios, aborda con una mirada entre amarga e irónica la corrupción política, el paro, la mendicidad y la rabia del ciudadano de a pie. Y todo ello, en pleno Albaicín granadino. Berdullas, que ha colaborado con el director Emilio Ruiz Barrachina, prepara ahora un largometraje sobre la gente del barrio y sus experiencias. "A mí lo que me da la vida es sentarme a tomar un café en el Albaicín y escuchar lo que dice la gente", dice.

-¿Cómo decidió introducirse en el mundo del cine?

-Fue hace siete años. Asistí a un taller de cine y empecé a tener inquietudes por ese medio. Éste es el cuarto corto que hago: he realizado tres en Granada y uno en China.

-¿Cómo surgió la idea de hacer 'Trapos sucios'?

-En realidad, fue mucho antes de que estallara la crisis, en 2006. Pero, quien quiera hacer cine en Granada sabe el trabajo que cuesta. Hasta hace año y medio no se pudo rodar, y fue necesario otro año para poder montar.

-¿Es difícil hacer cine en estos tiempos?

-Hacer cine es muy caro. Yo no pido a las instituciones que nos ayuden a producir una película, pero que sí nos ayuden a distribuir una película. Gracias a nuestro cine, también se da a conocer Granada en el extranjero. Está muy bien lo de las film-comissions, pero también hay que apoyar a los directores locales.

-¿Está perjudicando internet el mundo del cine, como dicen muchos?

-El mundo del cine hoy pasa por internet. La red es el futuro. El cine en pantalla grande terminará desapareciendo. Con las nuevas tecnologías, además, no será difícil hacer películas. Yo creo que la democracia del cine llegará gracias a lo digital.

-¿Pero no morirá el modelo que existe ahora, como el de las producciones de Hollywood?

-El modelo de Hollywood seguirá funcionando en Hollywood, pero dejará de funcionar en España. Y me gusta así porque así el cine se escapará de las manos de la Academia, de la cultura establecida, de las subvenciones. Si tuviéramos que depender de las subvenciones, cortometrajes como el mío no se habrían rodado.

-¿Se puede vivir hoy del cine?

-Hay gente que ha conseguido hacerlo. Pero uno no debe hacer cine pensando en que va a vivir de ello. Si haces productos de calidad sí hay posibilidades de vivir de ello.

-Parece que internet es un arma de doble filo: por un lado, facilita la difusión de una película, pero, por el otro, no deja ningún ingreso...

-Eso puede suceder al principio, pero ya hay gente que gana dinero en internet. El problema ha sido el precio desproporcionado de las cosas. La industria de la distribución del cine, sobre todo en España, debería poner las películas a un precio más al alcance de todos. Por otro lado, el soporte físico está destinado a morir. Morirá el vídeo-club, que será sustituido por vídeo-clubs en internet. Hay que tener en cuenta que la generación que hoy tiene 15 años es una generación internet y que tiene muy claro que es el consumidor quien elige. La televisión también será superada, porque ya incluso hoy la televisión por satélite se queda corta. No es una gran fuente de enseñanza ahora mismo. Creo que en el futuro el cine será una especie de vídeo-juego interactivo con el espectador.

-¿Como ve la situación actual del cine español?

-Sé que lo que digo es duro, pero el cine español funciona a golpe de subvención. Estar metido en el mercado implica tener una productora, y cuando esa productora tiene ya una andadura, es cuando tiene opción a las subvenciones. Habría que preguntarle a los directores españoles si se atreverían a hacer una película sin subvenciones. Esos directores que tienen un nombre y tienen medios. ¿Por qué, en cambio, a ellos se les da dinero y a los que empiezan no se les ayuda en nada?

-¿Cuáles son sus próximos proyectos?

-Hay un corto entre manos del que no quiero hablar, pero lo que me gustaría hacer es un largometraje de bajo presupuesto que contara con toda la gente del Albaicín. Una historia humana y social. A mí lo que me da la vida es sentarme a tomar un café en el Albaicín y escuchar lo que dice la gente. Para mí los ejemplos a seguir son los de Berlanga y Buñuel, que demostraron tener una enorme fuerza gracias al realismo.

-¿Los festivales son una buena salida para los cortos?

-Son otro escaparate más. A lo que nadie debe aspirar es a ganar en los festivales, sino en hacerlos buenos. Los buenos cortometrajes son tan buenos como los buenos largometrajes. Hay que abrir caminos. Hay que pensar que el cine, que está en pañales, tiene que experimentar cosas nuevas.

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