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Los principios de los veteranos

  • Los sevillanos SFDK, uno de los grupos más emblemáticos del 'rap' nacional, publica 'Siempre fuertes 2', un compendio de su carrera basado en "los valores de los años 90"

"La primera vez que un niño en la calle me llamó de usted -rapea Zatu en 30, una de las canciones de Siempre fuertes 2- me paré un segundo y pensé". Él y Óscar Acción Sánchez, discjockey y segunda mitad de SFDK, son jóvenes (32 años ambos), pero han dedicado al rap más de la mitad de sus vidas y sintieron la necesidad de hacer un alto en el camino: hora del balance para unos veteranos prematuros. "Queríamos capturar toda la esencia de lo que somos, los valores que hemos defendido en todo este recorrido", dice el primero.

El recorrido empezó mucho antes de 1999, pero fue ese año cuando los sevillanos iniciaron su carrera profesional, con la publicación de Siempre fuertes. ¿Qué ha cambiado desde entonces? "Todo", a secas. Han viajado por medio mundo, especialmente por Suramérica, han fundado su propio sello discográfico (SFDK Records), han sido padres, han aprendido a moverse "en la escala de grises", han conocido la fama (tratada de manera desabrida, a veces despiadada, en las letras del nuevo álbum) y han soportado el peso de las expectativas de los demás, por momentos mayores que las suyas propias.

2005, su cuarto trabajo, rompió todas las barreras imaginables hasta entonces para un disco de rap en España: Disco de Oro (40.000 copias en un panorama discográfico ya en aquel momento muy poco dado a la euforia) y una popularidad extraordinaria. "La presión creció mucho. De repente la gente esperaba cosas de nosotros... y acabó carcomiéndonos. Todo eso queríamos quitárnoslo de encima con este disco. Volver a hacer música como liberación", dice Acción Sánchez sobre Siempre fuertes 2, el "disco más divertido, más trabajado y más pensado" del grupo.

"Escribo un disco mientras me hago mayor", dice en otro momento del disco Zatu. Curiosamente, durante la larga charla, Zatu cita con admiración Gran Torino, la última película de Clint Eastwood, con la que el disco -que sin renunciar a su habitual sentido del humor presenta un tono taciturno- comparte cierta visión airada y crepuscular de un mundo que parece resultarles incomprensible con demasiada frecuencia. La precariedad de la industria musical, internet como selva ingobernable, los nuevos jóvenes impertinentes que suplen su falta de "carisma, emoción y sentimiento" con "discursos violentos", son temas que conviven con reflexiones personales, marcadas por el paso del tiempo, y la exhibición de "galones".

"Hemos conseguido que el hip hop sea una música más en este país. Cualquier persona tiene sus tres o cuatro discos de rap en la estantería, junto con otros muchos. Eso es un logro", dice Zatu. Los dos hablan de "tener los pies en la tierra", de "respeto por los que estaban antes". Ellos lo hacen: admiran "los discos de antes, ésos sí que estaban guapos", a Public Enemy, a Run DMC; y apoyados en esos "valores de principios de los 90" contribuyeron a la explosión del género en España y por supuesto en Sevilla.

"A mí aquí me quieren porque yo he ayudado a todo el mundo. Nos hemos ayudado y nos hemos respetado siempre los unos a los otros", dice el segundo para explicar la efervescencia de la cantera de su ciudad natal, a la que dedican el single S.E.V.I.L.L.A., donde siguen contando su "cara b"."La calle no es violencia. La calle es la calle, es buscarse la vida y ser avispado", replica Zatu cuando se le pregunta por su responsabilidad como letrista seguido por tantos jóvenes. "Yo no puedo someterme a eso. Mi música es mía. Son los padres los que deberían hacer de filtro. Yo soy un tío de 32 años expresándose. No soy un ejemplo muy malo", dice el MC de SFDK, un tipo "luchando por ser alguien, un clásico como Iron Maiden", como dice en el corte que cierra el disco.

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