La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El 'cachondeo' judicial

Son los problemas endémicos de lentitud y falta de recursos, pero también los 'permitidos' de injerencias, "purgas" y presiones

Hace más de 20 años que Pedro Pacheco provocó un tsunami mediático, e institucional, cuando dijo que "la justicia es un cachondeo". Era febrero de 1985 y la polémica se circunscribía a la paralización de una orden de derribo de un chalé de Bertín Osborne. Luego, y son muchos los que piensan que con un trasfondo de revancha de los intocables de las togas, llegarían las denuncias por su gestión como alcalde de Jerez, la condena a cárcel, los embargos y su entrada final en prisión por dos casos de enchufismo. Hablamos ya de finales de 2014. La crisis económica empezaba a dar paso a la política y, a golpe de escándalos de corrupción y de cabreo ciudadano, empezaba a imponerse una corriente de máxima ejemplaridad que explicaría, por ejemplo, que la tonadillera Isabel Pantoja acabara entre rejas con una pena por blanqueo de capital inferior a dos años.

Había que reconstruir la deteriorada imagen de la Justicia. Demostrar que la justicia era justa, imparcial e independiente… Y parecerlo. De entrada, la lentitud del sistema, con la insistente llamada de atención de jueces y fiscales por la sobrecarga de trabajo, la saturación de los juzgados y la falta de recursos y personal, en nada contribuye. Ni en el fondo ni en las formas. Por la propia indefensión que provoca -ahí están las quejas constantes de los implicados en el caso de las audioguías de la Alhambra- y por el espacio que abre al linchamiento mediático y a la condena y criminalización social.

Pero este talón de Aquiles del poder judicial, un problema que nuestro país viene arrastrando durante toda la etapa democrática de construcción del Estado de Derecho, no es sino la base de cultivo para ese otro 'cachondeo' que discurre estos días en paralelo a los grandes casos de corrupción y alimenta la imagen de descrédito, presiones y politización que con tan poca fortuna denunció el histórico político andalucista.

Mientras el ya ex jefe superior de Murcia habla siniestramente de "purga", acosos y asaltos a viviendas de fiscales Anticorrupción, en Twitter sistematizan con agudeza los atenuantes que se habrán aplicado en el caso Nóos para que Iñaki Urdangarin, el cuñado del Rey, para que pueda seguir escondido en Suiza: no ser rapero ni tuitero ni titiritero. Aun dejando de lado los argumentos estrictamente jurídicos de la sentencia, la decisión de las tres magistradas de la Audiencia de Palma acordada este jueves en la vistilla de medidas cautelares es realmente inquietante: libertad sin fianza y con la única preocupación de comparecer una vez al mes en su refugio alpino. Hace justo un año que un juez de la Audiencia Nacional ordenó prisión provisional sin fianza para los dos titiriteros granadinos que fueron detenidos por "ensalzar a ETA" en un espectáculo programado para las fiestas de Carnaval en Madrid. Había riesgo de fuga así que permanecieron cinco días en el calabozo; hoy, la causa está archivada y ellos siguen representando sus obras, incluida la de La Bruja y Don Quistóbal. En el caso de Urdangarin no hay riesgo de fuga. Ni posibilidad de que vuelva a delinquir ni de que destruya pruebas… No es de extrañar que su abogado confesara a los periodistas que está "entusiasmado". Y mucho menos que media España especule ya sobre si al final entrará en prisión; si hay dos varas de medir; si la justicia ni es justa ni lo parece.

Hablar de "cachondeo" no es más que un recurso -no niego que exagerado- para alertar de las disfunciones judiciales, pero admitamos que estamos en un momento en que se ha superado ampliamente lo que podríamos considerar aislado y excepcional.

Que un ex alto cargo de la Junta vaya a presidir el tribunal que enjuiciará a Chaves y Griñán (sus jefes durante 6 años) resulta inadmisible por muy legal que sea y muy honesto y solvente que sea el magistrado... Que hayamos convertido el relevo de plazas en el Constitucional en un 'mercadeo' de sillones entre los dos grandes partidos -y sin pudor- poco ayuda a desmentir las "purgas", las presiones y la politización de la justicia... Que Zoido haya puesto en marcha una operación limpieza en Interior tiene (demasiado) de cloacas y de novela negra.

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