Una defensa de la Constitución y la nación española

El discurso del Rey, uno de los más enjundiosos de los pronunciados por Felipe VI, fue una serena y apasionada defensa de la España constitucional

Pocas veces el discurso de Nochebuena del Rey tiene tanta enjundia como el de este año. Felipe VI, un monarca que está teniendo que afrontar unos momentos políticamente muy complicados, quiso aprovechar su tradicional intervención navideña para reivindicar ante los ciudadanos la vigencia de la Constitución de 1978 y la nación española, ambas puestas en cuestión últimamente por sectores políticos e intereses territoriales cuya irresponsabilidad pasará a los libros de historia. Un Rey sereno pero firme dejó claro que “sin Constitución no hay democracia, convivencia, ni paz”, y avisó del peligro de la polarización política con la que algunos están jugueteando para fortalecer sus posiciones y ambiciones. Frente a esto, animó a los ciudadanos a “evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros [...]. Porque no nos lo podemos permitir”. El discurso del Rey fue también una apasionada y razonada defensa de la nación española, tan puesta en cuestión por aquellos que quieren romper la soberanía nacional y retroceder hacia un sistema fragmentario e insolidario. El Rey no sólo defendió a la nación por sus evidentes raíces culturales e históricas, sino también porque es el mejor instrumento para la convivencia y prosperidad de los ciudadanos. “La unidad será la clave para que podamos afrontar con éxito los retos a los que España se enfrenta”, dijo el Monarca, quien animó a todos a “velar por el buen nombre y la dignidad de nuestro país”. Finalmente el Rey hizo referencia, sin nombrarlo explícitamente, al clima de degradación y enfrentamiento que se vive en las instituciones democráticas españolas en los últimos tiempos. “Cada institución, empezando por el Rey, debe situarse en el lugar constitucional que le corresponde”, afirmó al mismo tiempo que pedía una mayor colaboración entre las instituciones para reforzarse mutuamente y servir mejor a los ciudadanos.

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