La vía andaluza

Sería un error que la Junta y su presidente enfocaran su actuación sólo bajo el prisma del ruido que llega desde Madrid

Andalucía ha aprobado en tiempo y forma, como cabía esperar gracias a la mayoría absoluta del PP, sus Presupuestos para 2024. Son las cuentas que, según los portavoces oficiales y oficiosos de la Junta, consagran una vía andaluza de hacer política, que va a marcar distancias durante toda la legislatura con los modos que Pedro Sánchez y sus aliados van a mantener en la política nacional. El presidente Juanma Moreno defiende este modelo como el del “diálogo y la moderación” frente al de la “chulería”. Aunque los Presupuestos no puedan considerarse como un ejemplo de diálogo con la oposición, hay que darle un margen de confianza al Gobierno andaluz para que lo que hasta ahora es sobre todo propaganda se convierta en hechos. No cabe duda de que la estabilidad política de la que goza Andalucía es un valor en sí mismo que da a Moreno un amplísimo margen de maniobra. A lo largo de lo que llevamos de legislatura andaluza se ha demostrado que el PP andaluz ha optado por enarbolar la bandera de un andalucismo centrista que se ha convertido en el eje de su actuación. Este panorama va a chocar inevitablemente con la política nacional. El PP de Feijóo va a tener que hacer oposición utilizando el enorme poder territorial del que goza y ahí Andalucía y Moreno tendrán que jugar un papel en la primera fila. Los intereses de la región son irrenunciables y se avecinan tiempos complicados en los que será necesario denunciar cualquier privilegio político o financiero que suponga que hay españoles de primera y de segunda en función de la comunidad en la que residan. Si esto lo hace bajo los principios de la vía andaluza que proclama, como ha demostrado en Doñana, Moreno acertará. Si cae en la tentación de enfocarlo todo bajo el prisma del ruido que llega de Madrid, se equivocará.

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