Medio ambiente

Piden la suspensión cautelar del procedimiento para abrir un ecohotel en Los Genoveses

  • Amigos del parque natural y el Grupo Ecologista Mediterráneo lo han solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía

Cortijo de las Chiqueras

Cortijo de las Chiqueras

La asociación Amigos del Parque y el Grupo Ecologista Mediterráneo han solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a paralización cautelar del procedimiento administrativo para la puesta en marcha de un ecohotel promovido a un kilómetro de la playa de Genoveses, en el parque natural Cabo de Gata-Níjar.

Estos colectivos han presentado un recurso contencioso-administrativo contra la resolución de la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía azul relativa a la autorización ambiental de este proyecto promovido por Torres y González Díaz SL, para rehabilitar el cortijo ‘Las Chiqueras’ para crear un hotel de 30 habitaciones.

Los ecologistas piden que de forma cautelar se suspenda este acuerdo, al considerar que la autorización ambiental permitiría que se pudieran seguir los tramites administrativos para que la promotora presente la solicitud de declaración de proyecto de actuación de interés social y público ante el Ayuntamiento de Níjar así como de la licencia. “Supondría que la empresa pudiera realizar esta actuación, lo que haría perder sentido a este procedimiento en caso de sentencia estimatoria porque conllevaría la revisión del procedimiento administrativo autonómico y local.

Subrayan que «sería de esperar» que en un parque natural, que también es reserva de la biosfera, la finalidad principal fuese la protección de la naturaleza, pero «parece que no es así, y bajo el eufemismo de que hay que compatibilizar desarrollo económico con protección de la naturaleza, ponemos en peligro la conservación de la biodiversidad», afirman.

Además, recuerdan que durante el periodo de limitaciones de acceso a vehículos, solo 216 pueden acceder a la playa de Genoveses, por lo que los usuarios de este hotel tendrían un «medio privilegiado para acceder a la playa, ya que ellos no pasarían por los controles, y no se les puede impedir ir a la playa que está a unos 900 metros del lugar en el que se quiere poner el hotel».

Destacan el «exceso de presión humana» en el parque, sobremanera en verano, con más de un millón de personas en «un espacio tan frágil», algo que puede llevar a la pérdida de biodiversidad y de sus valores naturales.

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