Era lunes, por la tarde. La Policía Local de Coín recibió una llamada del dueño de un taller de coches. Un "señor mayor" se había acercado hasta su establecimiento para que le prestara servicio, pues uno de sus neumáticos se había estropeado. Pero no era un cliente cualquiera. Reconoce a este periódico que le sorprendió el estado de suciedad en el que se encontraba el vehículo y la acompañante del individuo: "Una niña muy asustada. Sus ojos solo miraban al suelo. No era normal". Con 17 años y originaria de Suiza, sobre la menor pesaba una orden de búsqueda internacional por supuestamente haberse criado fuera de los márgenes de la sociedad inducida por su padre. 

Ocurrió el pasado 18 de marzo. Dejaron el coche en el taller y aprovecharon mientras para hacer algunas compras en el centro comercial La Trocha. Al regresar para recoger el automóvil en el que se desplazaban, una patrulla de la Policía Local acudió a su encuentro. Encontró a un hombre y a una niña desaliñados y con aspecto poco higiénico. En el interior del vehículo, los agentes observaron bolsas, ropa e incluso restos de alimentos, lo que les llevó a pensar que podrían haber pasado allí alguna noche y que, previsiblemente, habían parado en Coín porque les quedaba de camino en su ruta.

Continuando con el protocolo, los policías locales les pidieron la documentación a ambos. No la llevaban encima, así que les explicaron -como pudieron, debido a la barrera del idioma- que debían trasladarlos al Puesto de la Guardia Civil de Coín para identificarlos, según han informado fuentes cercanas a la investigación. 

Alto riesgo de fuga

Al introducir sus nombres en la base de datos policial, la sorpresa. A los agentes les saltó una alerta de una oficina de cooperación entre países del territorio Schengen en la que se advertía de que la menor estaba en paradero desconocido, en una situación de peligro grave y que debía permanecer en un lugar seguro por alto de riesgo de fuga, motivada por su progenitor. Su madre, por su parte, llevaba años sin saber de sus hijas.

El Instituto Armado puso a la adolescente a disposición de la Fiscalía y el Servicio de Protección de Menores de Málaga. Fuentes judiciales explican que contactaron con sus homólogos en Suiza para llevar a cabo los pasos oportunos. Al parecer, la menor habría sido criada por su padre junto a sus hermanas en un bosque en Suiza con una "total desconexión hacia cualquier administración o ente público", aislada del resto de personas y sin recibir asistencia médica regularmente.

La adolescente, a tan solo un mes de cumplir la mayoría de edad, ingresó en un centro de protección de menores de la provincia de Málaga por orden de la Junta de Andalucía -que se hizo cargo temporalmente de su tutela-, donde permaneció desde el 18 de marzo hasta el 3 de mayo, cuando se llevó a cabo su repatriación, encontrándose ya bajo la custodia del Gobierno suizo.