El ficus de San Jacinto se puede salvar, pero la propiedad tiene que actuar para evitar los riesgos y peligros actuales. Esa es la principal conclusión del informe realizado por el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla sobre el ficus existente en el compás de la parroquia de San Jacinto, en Triana. Este análisis se ha realizado a petición de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico tras pedir la propiedad, la comunidad de frailes dominicos, el apeo del ejemplar centenario tras producirse varios accidentes de gravedad. Mientras los propietarios han pedido con insistencia su apeo, desde el Ayuntamiento urgen a que se cuide con los tratamientos necesarios para evitar este último e indeseable extremo.
En su reunión del pasado 27 de abril, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico volvió a estudiar la solicitud de apeo del ficus presentada por la comunidad de religiosos, el informe sobre la afección que el árbol originaba sobre el monumento, y el informe elaborado por Parques y Jardines a petición del citado organismo para conocer su estado y los tratamientos y acciones que se podía llevar a cabo sobre el mismo antes de llevar a cabo su definitivo apeo. Vista toda la documentación presentada, en su dictamen, la Comisión evita pronunciarse taxativamente y se limita a pedir que se tomen las medidas oportunas y necesarias para garantizar la seguridad de las personas antes de retirar el ejemplar, aunque no señala cuáles son éstas.
Así lo refleja el acta de la reunión: "Analizada la documentación presentada relativa a la intervención en el ficus situado en el compás de la iglesia de San Jacinto, esta Comisión Provincial de Patrimonio Histórico acuerda por unanimidad de sus miembros informar favorablemente que se tomen las medidas necesarias en relación a dicho árbol para garantizar la seguridad del Bien de Interés Cultural Iglesia Parroquial del antiguo Convento de San Jacinto y sus valores paisajísticos, así como a garantizar la seguridad de las personas, sin entrar en el alcance de las mismas, que deberán ser determinadas por especialistas a tal efecto, procurando que si es posible se tomen las medidas necesarias previas al apeo".
El demoledor informe del Ayuntamiento
El estudio elaborado por Parques y Jardines no deja lugar a dudas del peligro que el árbol representa actualmente tanto para las personas como para el propio templo y urge a los propietarios a tomar medidas para atajar este deterioro. Advierte el Ayuntamiento que se trata de un árbol que "requiere de una supervisión técnica y control especializado y constante que, por parte de los actuales gestores y propietarios del espacio no se está llevando a cabo". Esta falta de cuidados "supone un notable peligro potencial para las personas y usuarios que transitan en el cruce de calles existentes bajo su copa". Esta supervisión y control especializado y constante debe ser llevada a cabo para garantizar la seguridad. De no realizarse, añade Parques y Jardines, "la presencia del árbol no es compatible con la seguridad de las personas".
En otro estudio anterior desarrollado por Parques y Jardines, se aplicó el método QTRA para determinar el grado de diana potencial ante la caída de una rama del árbol, y arrojó la máxima probabilidad, o diana 1. Según el rango determinado por ese método coincide con una ocupación constante de personas de más de 2,5 horas al día, o un flujo de tránsito de peatones de entre 73 y 720 a la hora, o de un tránsito diario de entre 4.800 y 47.000 vehículos (a un máximo de 50 km/h). La esquina en la que se encuentra el árbol es una de las más transitadas de Triana, por lo que el informe advierte: "Es por ello que de la caída accidental de ramas de este árbol se pueden derivar consecuencias o daños de importancia para las personas".
Un largo historial de accidentes
La falta de cuidados y tratamientos especializados y continuos en el ejemplar han deparado múltiples accidentes en los últimos años. Entre 2010 y 2020 en al menos nueve ocasiones se han venido sucediendo episodios de caídas de ramas de diferente envergadura, lo que unido a un elevado uso ciudadano del espacio, han llegado a causar daños personales.
Tras el grave incidente de marzo de 2021, los técnicos del servicio de Parques y Jardines tuvieron que realizar una nueva inspección del ejemplar en la que detectaron pudriciones importantes de gran diametro y hongos, según informó el propio Ayuntamiento en su día.
Anteriormente, tras la caída de una rama en 2016, el Ayuntamiento ya realizó una actuación de forma subsidiaria que consistió en la poda del ficus -sobre el que no se había intervenido desde el año 2012-, así como el apeo de una palmera que permanecía muerta y seca desde el año 2014. Aquella intervención fue licitada por el Consistorio y su coste fue repercutido posteriormente al titular del árbol.
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