UD ALMERÍA | Análisis

Al Almería le restan cuatro partidos para sortear la ignominia de no ganar en casa

Baptistao se suma a la piña de Anoeta tras la igualada de Embarba

Baptistao se suma a la piña de Anoeta tras la igualada de Embarba / Javier Etxezarreta / EFE (San Sebastián)

Con el descenso virtual pesando sobre su cabeza desde hace varios meses y el matemático a la vuelta de la esquina, a la UD Almería solo le restan cumplir micro-objetivos hasta el próximo 26 de mayo, fecha prevista para el término de la competición. El primero de ellos, lograr el primer triunfo de la campaña, ya lo logró Pepe Mel con motivo de su debut en el banquillo indálico en el desplazamiento a Las Palmas. El segundo caía el pasado fin de semana gracias al punto sumado en San Sebastián, que permite a los rojiblancos evitar convertirse en el peor colista histórico de la Liga, dudoso honor que en 1998 recayó en poder del Sporting de Gijón. 

Al técnico madrileño le restarían dos metas más por alcanzar en las ocho jornadas restantes. La global sería eludir acabar la temporada como colistas, superando para ello al Granada en la tabla clasificatoria, que ahora mismo aventaja a los almerienses en 3 puntos (14 por 17). Y el más concreto e inmediato no es otro que lograr la primera victoria en el Power Horse, evitando así que por primera vez en la historia de la entidad el equipo acabe la competición sin haber ganado como local. 

Hasta la fecha se han disputado quince encuentros en el recinto de la Vega de Acá, donde cabe recordar que el equipo no gana desde que lo hiciera el 20 de mayo de 2023 con un hat-trick de Lázaro Vinicius ante el Real Mallorca, con Rubi en el banquillo. El balance es de siete derrotas y ocho igualadas para un paupérrimo saldo de 8 puntos sobre 45 posibles, dato que va a llevar al plantel de bruces a Segunda, ya que la permanencia del año pasado se asentó en convertir en un fortín el Power Horse pese a los malos resultados a domicilio. 

Romero se abraza a Embarba tras su doblete en el Reale Arena Romero se abraza a Embarba tras su doblete en el Reale Arena

Romero se abraza a Embarba tras su doblete en el Reale Arena / Javier Etxezarreta / EFE (San Sebastián)

Por delante restan cuatro oportunidades para evitar la ignominia de ser el primer conjunto bajo las siglas UDA que acaba un curso liguero sin ser capaz de ganar en feudo propio. La primera ocasión llega este domingo (16:15) recibiendo la visita de un Villarreal que a las órdenes de Marcelino García Toral parece haber remontado el vuelo y viene de empatar in extremis en San Mamés, con el almeriense Álex Baena y Dani Parejo atravesando un gran momento de forma. 

Si ante el cuadro castellonense no fuera posible, la segunda tentativa será justo al viernes siguiente, día 26, ya que los de Mel recibirán de forma consecutiva al Getafe de José Bordalás en su estadio. En función del resultado de la jornada anterior en esa fecha el descenso matemático ya podría incluso quedar certificado. Después el calendario depara dos salidas también seguidas a Vallecas y Sevilla para medirse al Real Betis.

Caso de fallar ante Villarreal y Getafe (nada improbable dados los precedentes) la tercera acometida llegaría en la jornada intersemanal del 15 de mayo ante el resucitado FC Barcelona, que desde el anuncio de Xavi de dejar el banquillo a final de curso no ha claudicado en el torneo doméstico. En la penúltima jornada tocará viajar a Mallorca para visitar a dos ex como Samu Costa y Morlanes, finalistas de Copa con el conjunto bermellón. 

Y la última bala, caso de ser necesaria, se disparará coincidiendo con el final liguero, cuando el Cádiz debe rendir visita al Power Horse. Podría darse la tesitura de que el conjunto gaditano llegue con la permanencia en juego ese día, estando por ver en ese escenario la reacción de una UDA ya en Segunda por demérito propio. Cuatro cartuchos en total para sortear un hito que sería histórico en la entidad indálica, el de concluir la campaña sin triunfos caseros. 

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