Vivir

Decoración artesanal y familiar en Navidad

  • Con elementos caseros se puede ornamentar el hogar sin gastar dinero

  • Además toda la familia se implica en la confección de los diferentes adornos navideños

Una de las claves para que el espíritu navideño triunfe e invada a todo ser humano es conseguir una decoración vistosa y llamativa. Inmersos en la era del consumismo exacerbado, lo más práctico -y fácil- es acudir a unos grandes almacenes y arrasar con todos los adornos navideños que tengan en sus instalaciones. Pero la conciencia con el medio ambiente y con el consumo sostenible hace que haya muchos que no quieran recurrir a esa práctica a la hora de poner a punto sus hogares. Son los que recurren al denominado Do it yourself (DIY), o lo que es lo mismo, hazlo tú mismo, una moda que se ha impuesto de un tiempo a esta parte y de la que muchos se han enamorado.

Hacer los adornos navideños de forma artesanal tiene muchos aspectos positivos. Por un lado, se reutilizan objetos que estaban destinados a terminar en el cubo de la basura, por lo que, además de darles una segunda vida, se contribuye al reciclaje y a la conservación del medio ambiente. Por otro, realizar la decoración de manera manual es una bonita forma de juntar a la familia -sobre todo, de implicar a los pequeños de la casa- para hacer una actividad de manera conjunta. La Navidad es la época en la que más cerca se quiere tener a los seres queridos pero, a veces, las prisas, los compromisos y los encargos a los Reyes Magos impiden poder llevarlo a la práctica. Decorar la casa para las fechas es una buena forma de saltar esos obstáculos y echar la tarde en familia.

Una de los primeros elementos decorativos que se ponen en casa, además del portal de Belén, es el árbol de Navidad. Huyendo del clásico abeto, a la venta en cualquier Todo a cien, muchas son las posibilidades artesanales a las que se puede recurrir. Si lo que se busca es ser original, hay que lograr que el árbol no sea el típico y dotarlo de colores llamativos. Para hacerlos de una forma sencilla y económica sólo hay que conseguir una cartulina, restos de lana que se tengan por casa y botones, de esos que viven en la caja de la costura y que nunca se utilizan. Para que el árbol se mantenga erguido hay que enrollar la cartulina en forma de cono y encolarla. Después hay que pasar las hebras alrededor del cono e ir fijándolas hasta que lo cubran por completo. Una vez cubierto se pegan los botones a gusto del consumidor para que decoren el árbol y con la lana sobrante se confecciona un borlón que haga las veces de estrellas. Otra opción es, una vez enrollada la cartulina, utilizar restos de papel de regalo (o incluso retales) para confeccionarlo. Es importante aplicar pegamento en uno de los extremos del trozo de papel para poder levantar el otro y darle forma de árbol. Dominada la técnica del enrollado de cono, se puede utilizar para elaborar simpáticos gorros para los niños. En esta ocasión, se necesita papel de fieltro rojo (o cualquier cosa que se tenga por casa de ese color), cartulina negra y algodón. Una vez hecho el cono, sólo hay que forrarlo con el fieltro rojo, colocar algodón en la base y en la punta para que se parezca al de Papá Noel y fabricar una hebilla gigante con la cartulina restante.

Siempre buscando implicar a los pequeños de la casa, mientras más sencilla sea la manualidad más les gustará participar en ella. Hayan visto o no la nieve, los muñecos son su predilección. Para hacerlos de forma sencilla sólo se requieren tres chapas de refrescos, pintura blanca y retales. Se pintan de blanco las tres chapas y se pegan de forma vertical una sobre otra. Posteriormente se dibuja una cara en la chapa que hayamos decidido que será la cabeza del muñeco y con los trozos de tela se procede a decorar el muñeco con un gorro y una bufanda. Es importante no olvidar colocar en la parte superior una cuerda con la que poder enganchar el muñeco a la pared o al árbol. Otra forma de hacer un muñeco es con los típicos vasos blancos de cumpleaños, esos que pasada la fiesta se tiran a la basura. Sólo hay que empalmar unos con otros y adornar el muñeco con cualquier cosa que se tenga por casa.

También para hacer con los más pequeños, y con un coste cero, son los muñecos con rollos de papel higiénico. En función del número de figuras que se quieran realizar se necesitarán más o menos rollos. Además de este material, también se precisan rotuladores, papeles de colores, lana y cola. Primero se pinta (o se forra con los papeles) el rollo con el color deseado y se le da forma a la cara con los rotuladores. Una vez que esté seco se decora con la lana, que puede colocarse como si fuera un gorro, y se encola entero para que el muñeco tenga brillo. Otras opciones para hacer divertidos muñecos es utilizar las piñas que se encuentran en el campo o cacahuetes. Sólo hay que pintarlos y ponerles trozos de tela con los que darles un toque navideño.

Hay dos adornos que nunca faltan en los hogares: las bolas con figuras dentro en las que parece que nieva y las coronas para detrás de la puerta. Para elaborar las primera sólo se necesitan tarros de cristal, esos que siempre tenemos en la cocina y nunca sabemos cuándo usar. Sólo hay que abrirlos y decorar la tapa con purpurina y, en la parte de dentro, colocar algodón y las figuras que queramos poner. Una vez esté seco se cierra el tarro y listo. Para la corona de detrás de la puerta hay muchas opciones, pero una de las más sencillas es hacer una circunferencia con un alambre y colocar pinzas (pintadas de verde previamente) alrededor de él con un enorme lazo rojo en la parte superior. Además de para decorar la puerta, se puede utilizar para colocar fotos y postales navideñas en él.

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