Domingo, cielos despejados y sol de invierno resplandeciente, Día de Navidad previo a un festivo. Las calles de Granada fueron ayer testigos de excepción de varias realidades que conviven estos días en la ciudad: familias disfrutando de las vacaciones y de los regalos que el solícito Papá Noel dejó la noche anterior debajo del árbol; granadinos dispuestos a sacar el máximo provecho a los muchos recursos que se han puesto en marcha para hacer más atractivas las calles del centro; y viajeros que han llegado para pasar el puente con el que se han inaugurado las fiestas navideñas. La mañana de de ayer fue el mejor ejemplo de que Granada se luce en las fiestas, y que es capaz de hacerlo incluso cuando buena parte de los negocios permanecen cerrados y buena parte de los granadinos siguen en la cama con resaca.

Que la ciudad es un atractivo indudable para propios y extraños lo demuestran los datos de ocupación turística, que incluso en días tan familiares como estos supera el 60%. Granada es uno de los destinos favoritos de los españoles para pasar sus vacaciones de Navidad, ya que no solo tienen a sus pies una oferta cultural y patrimonial de lujo, sino también una estación de esquí con más de cien kilómetros esquiables que constituye uno de los mayores atractivos del turismo provincial.

Los buenos datos turísticos -que mejoran el próximo fin de semana, con picos del 80% en Nochevieja- tienen mucho que ver con el buen tiempo que está registrando la provincia. Aunque las temperaturas son las propias de esta época, la presencia constante del sol hace muy apetecible preparar las maletas para disfrutar de la Navidad con una escapada.

El buen tiempo no solo llama a los turistas, sino también a los propios granadinos. El centro estaba ayer lleno de paseantes, y de muchas familias que salieron a disfrutar del festivo, curioseando entre los puestos del mercado gastronómico 'Sabor Granada', echando un vistazo al Papá Noel gigante del Paseo del Salón o disfrutando de lo lindo con el tobogán de más de 30 metros de altura que es una garantía de diversión. Aunque ayer los más pequeños no necesitaban de muchos estímulos extra, ya que muchos de ellos se pasaron la mañana -como lo harán el resto de las vacaciones- estrenando sus primeros regalos navideños.