El nerviosismo empezó a cundir cuando se confirmó que sí, que los Príncipes inaugurarían el Pabellón de Andalucía y que no se limitarían, como se rumoreó en un principio, a visitar el stand de La Pepa. Sus Altezas Reales iban a recorrer todos los expositores de la comunidad autónoma, así que la oportunidad no se podía dejar pasar. El propio alcalde lo comentó al inicio de la rueda de prensa del Convention Bureau: la presentación sería breve porque los Príncipes estaban a punto de llegar y alguien tendría que recibirlos a las puertas del stand.

Cerca de las 12:30, la realidad de la feria -las idas y venidas constantes, la visita a uno u otro stand para ver qué ha hecho la competencia, los saludos protocolarios- quedó en suspenso ante la llegada de don Felipe y doña Letizia. En primera línea, los esperaban el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez; el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y todo el que fue capaz de buscarse una buena posición pese al férreo dispositivo de seguridad y la marea de curiosos, periodistas, cámaras, fotógrafos, trabajadores de la feria, políticos y empresarios. No siempre se tiene la oportunidad de ver en directo y, con suerte, a menos de cien metros, a sus Altezas Reales.

Quien pudo verlos de cerca, darles la mano y hablarles fue Sebastián Pérez, que se estrenó en su primera edición de Fitur como presidente de la Diputación y del Patronato Provincial de Turismo arrancándole al propio Príncipe Felipe el compromiso de volver a visitar Granada. La conversación fue breve -la agenda también es apretada-, pero fructífera. "Yo coincidí hace mucho tiempo con el Príncipe y tuve más relación con él cuando hizo el curso de piloto de helicópteros. Le he recordado que coincidimos en una jornada de esquí en Sierra Nevada y que me gustaría muchísimo volver a contar con él. Me ha dicho que sí, que va a intentar escaparse con doña Leticia y venir a Granada".

El día tuvo otro gran momento culmen: la degustación de productos de la Costa Tropical, que lleno hasta la bandera el bar de la stand de la Diputación. Las quisquillas, el shushi tropical, las banderillas y la fruta de la Costa reunieron en torno a la barra y a las pocas mesas del establecimiento a todo el que corrió lo suficiente para pillar un hueco decente. Casi, casi, como con los Príncipes.