Abdallah A. Farid I. o Mohamed D. son solo tres de las cuarenta y una persona que han sido trasladadas este viernes al puerto de Motril tras llevar varadas desde el pasado fin de semana en la isla de Alborán, un islote situado a medio camino entre las costas de Almería y Granada y el norte de Marruecos, donde la Armada cuenta con un destacamento. Son solo un grupo de los varios centenares de personas que permanecen desde hace casi una semana a la espera de su traslado a la península tras llegar en distintas embarcaciones a la misma isla.  

El buque Río Miño de la Guardia Civil ha permanecido durante varios días en las cercanías de la isla a la espera de una mejor de las condiciones del temporal que azota la zona y ante la imposibilidad de acercarse, aunque finalmente miembros de Salvamento Marítimo y del Servicio Marítimo de la Guardia Civil han sido los encargados de trasladar a la dársena granadina a las primeras 41 personas.

Los migrantes, todos varones y entre los que podría haber dos menores, pendientes de las pruebas oseométricas, fueron recogidos en la isla de Alborán por la Salvamar Gienah que los trasladó al puerto de Motril, donde han sido atendidos por la Cruz Roja, la mayoría en buen estado, a excepción de cuatro de ellos que presentaba diferentes problemas físicos, por lo que inicialmente dos han sido trasladados al hospital comarcal Santa de Motril.

Hasta la dársena granadina se han trasladado también cerca de una treintena de personas que permanecen a la espera de saber si sus familiares se encuentran dentro de la expedición traída a Motril. Uno de ellos, que prefiere mantenerse en el anonimato, cuenta a este periódico que llevan varios días a caballo entre Motril y Almería a la espera de poder comprobar si su hermano se encuentra entre los rescatados. Viene desde Madrid con esperanza de conseguir una pista para llamar a su casa y poder tranquilizar a su madre. El mar ha estado revuelto durante varios días y temen que no todos los que han salido en la última semana hayan corrido con la misma suerte. 

El nerviosismo es evidente entre los que se acercan hasta la verja que separa la zona pesquera de la zona seguridad del CATE para gritar los nombres de sus familiares y comprobar si alguno de los trasladados responde a la llamada. "Llevamos mucho tiempo sin saber nada de ellos, solo queremos oír que están bien", lamenta otra de las personas que no deja de gritar el nombre de su familiar. Saben que otra expedición de algo más de centenar de personas han sido trasladadas a Almería, por lo que la esperanza se encuentra dividida entre los dos puertos pesqueros. 

Tras la revisión a la que serán sometidos y como marca el protocolo de atención, durante la noche de este viernes serán sometidos a pruebas diagnósticas de la covid-19 y posteriormente se pondrán a disposición de la Policía Nacional, que los trasladará al Centro de Atención Temporal de Emigrantes (CATE) del puerto de Motril, donde permanecerán las próximas 72 horas.