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El Granada llega a Puerto, pero no amarra el triunfo

  • Oportunidad Los visitantes se adelantaron pronto en el marcador, el Racing Club Portuense remontó y Carlos Ruiz empató in extremis Goles Los cuatro tantos del partido fueron materializados con la testa

¿Ganó un punto el Granada CF o perdió dos? Esa es la cuestión. Porque los rojiblancos -ayer otra vez de negro- cuajaron una irregular actuación, con muchas intermitencias, que desembocó en un empate final casi in extremis. La sensación que queda es que los de Óscar Cano desaprovecharon una buena oportunidad de llevarse los tres puntos para la ciudad de La Alhambra aunque es justo reseñar que el empate fue lo más justo tras lo acontecido.

Jugó el Granada CF bien el primer cuarto de hora y el último. Enmedio, una hora irregular, con intervalos, en la se que cedió la iniciativa al rival, bien por la intención de amarrar el resultado, o bien por los méritos del Portuense, equipo bastante mejor que algunos de los que pululan por la zona media-alta de la tabla clasificatoria, y que también apretó.

Cano, que dio la titularidad a Jorge García y Pinto, jugó con su esquema ya clásico, mientras que Orúe apostó por el 4-2-3-1. En principio, la partida fue para los granadinistas, que salieron más asentados y se encontraron, además, con un gol a favor a los 11 minutos, tras cabecear Suárez con inteligencia un córner botado por Jorge García. El Granada dominaba la parcela ancha a su gusto y, además, impidió jugar con comodidad al Racing merced a una gran presión en la medular, tónica que se prolongó todo el choque, lo que propició muchos robos. Ahí el equipo, desde Gorka a Javi García, fue solidario y generoso en el esfuerzo.

Y como fruto del mejor juego visitante, pudo llegar un segundo gol, tras un golpe franco magistralmente ejecutado por Jorge García que acabó en córner tras tocar el portero y el larguero. El balón no entró, y eso sirvio de acicate para el Racing, que tocó arrebato, adelantó líneas y obligó al Granada a retroceder posiciones.

Zurdo, una pesadilla por su excelente toque de balón, la puso en el área, falló la defensa y Giovanni, palo, remató fuera en el segundo palo (24'). Cinco minutos más tarde fue Sanlúcar quien disparó junto a la cepa del poste izqauierdo de Félix Campo. Los rojiblancos se arremangaron el mono de trabajo y presionaron aún más. No atacaban con fundamentos, pero defendían con mucho orden y disciplina táctica, cerrando huecos y peleando al máximo cada balón en la parcela ancha. No renunciaban a la contra, aunque tampoco se prodigaron. Pero en una de esas, Zúñiga puso un balón de oro a Vicente quien se quedó solo para precipitarse en el remate, que se le fue arriba (37'). Poco después fue Jorge García quien sirvió al propio Zúñiga, quien no llegó por poquísimo, al salir a la desesperada Eneko para abortar el peligro. Y al filo del descanso, el enésimo robo en la medular, esta vez de Pinto, provocó que el vasco se quedara en inmejorable posición para servir a Gorka, pero su centro su envío le salió unos centímetros desajustado. Era una para matar el partido.

Orúe se la jugó en la segunda parte, al retirar a Giovanni e introducir a Paulino, centro delantero a la antigua usanza. Cambió al 4-1-4-1 para salir a por todas. Y pronto le dio fruto. Zurdo lanzó un golpe franco lejano que forzó a Campo a enviar a córner. El capitán local efectuó tres envenenados y al cuarto saque de esquina conectó con Chico, quien cabeceó a la red (49'). Trató de responder Lucena con un balón suelto en el área que remató alto y mal, pero el gol había hecho daño y la escuadra portuense se creció. Zurdo volvió a intentarlo con otro golpe franco que otra vez Campo despejó a córner (54') y otra vez con un centro que dejó a Sanlúcar solo para fusilar, pero el portero rojiblanco desvió con los pies (55').

En pleno agobio local, siempre liderado por Zurdo, el interior la puso de dulce para Torres, que no llegó por milímetros (56').

Trató de sacudirse el Granada, y Zúñiga la tuvo tras un balón largo desde la izquierda prolongado por Gorka. Pero el que fuera ídolo de la afición local -y que se llevó una ovación al final del encuentro- desaprovechó la gran ocasión al echarla fuera por poco (64'). Una lástima, porque al minuto siguiente Álex Cruz la puso desde el lateral derecho a la cabeza de J. Torres, quien carrera dentro del área la colocó lejos del alcance de Campo.

Había remontado el Portuense, que tuvo esos veinte minutos encerrado en su área al Granada. Pero no todo estaba perdido. Cano retiró a un desdibujado Vicente y dio entrada a Israel, que aportó chispa al ataque visitante. Dio tres pases adelante el equipo rojiblanco con la marcha a la ducha de Zubizarreta y la incorporación de Carlos Ruiz, además de la lesión de Zurdo. El Granada arriesgó al máximo, tanto que en una contra pudo encajar el tercero, pero Sanlúcar cruzó en exceso ante la salida de Campo (83').

Pero el agobio era ahora para el Racing, donde Eneko se erigió en el protagonista. Hizo una palomita para desviar un cabezazo de Ruano, tras centro de Jorge García (85') y se lució en una preciosa volea de Gorka para dejar selló de buen portero con un paradón (86'). Pero el vendaval visitante, con buen juego además, era ahora contundente. Pinto por una banda, Zúñiga por la otra, Israel entre líneas y, sobre todo, la cabeza salvadora de Carlos Ruiz, que remató a las mallas un saque de esquina bien ejecutado por Jorge García (87').

Los últimos siete minutos, el tiempo restante más la prolongación, el partido se volvió loco, muy abierto, entretenido y vistoso para el espectador. Y la guinda la pudo poner Israel, tras una gran jugada de Zúñiga por la derecha cuyo centro fue rematado en carrera por el granadino, pero Eneko volvió a sacarla, esta vez con los dos pies.

El final del partido supuso una ovación del respetable por el generoso juego ofrecido y la emoción final.

Y lo escrito. El punto es bueno, y además justo tras sopesar el choque. Pero eso, que quedó la sensación de que los tres puntos podían haber volado a Granada y, con ellos, la segura posibilidad de ser líderes si el domingo se vence en Los Cármenes al primero, el Betis B.

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