El Alavés consiguió una meritoria victoria en su visita al Villarreal por 1-2, en un encuentro vibrante y precioso, en el cualquiera de los dos pudo ganar luciendo dos estilos de juego contrapuestos. El conjunto vitoriano toma distancia respecto a la zona de descenso, exhibió un fútbol rocoso en defensa y supo aprovechar sus pocas pero claras ocasiones de gol.

El partido empezó muy vivo y avisó el Alavés nada más comenzar. Pese al susto inicial, el Villarreal se hizo de inmediato con el control del partido y gozó de varias ocasiones que no fructificaron. El conjunto de Abelardo encontró petróleo antes del descanso en un saque de esquina. Tras un rechace de la defensa, el balón llegó a Pedraza que cabeceó al centro del área para que Rodrigo Ely, peinara el balón, prácticamente de espaldas, y Asenjo no alcanzara a atajar el remate picado.

En la reanudación, el Villarreal probó fortuna con disparos lejanos. Según avanzaba el teimpo el conjunto castellonense buscaba a la desesperada el gol y cada vez se le veía más dominado por los nervios, mientras que el Alavés estaba cada vez más cómodo, sabedor de que podía llegar su oportunidad de sentenciar. Y así fue. Ibai que acaba de saltar al terreno de juego, culminó una rápida transición para anotar el 0-2 y dejar el partido muy cuesta arriba para los locales.

El Villarreal el partido por perdido y acortó distancias al aprovechar Bacca una confusa jugada en el área. Los últimos diez minutos del partido fueron un acoso constante del Villarreal ante un Alavés que tuvo que multiplicarse en defensa, con un Pacheco inconmensurable, para defender su valioso botín y sumar tres puntos vitales.