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El billete para octavos está a mano en Atenas

Messi conversa con Luis Suárez durante el calentamiento en el Georgios Karaiskakis de El Pireo.

Messi conversa con Luis Suárez durante el calentamiento en el Georgios Karaiskakis de El Pireo. / YANNIS KOLESIDIS / efe

El Barcelona visita hoy al Olympiacos en la cuarta jornada de la Liga de Campeones con el propósito de lograr un triunfo que deje sentenciada su clasificación para los octavos de final de la máxima competición del fútbol europeo.

Son días felices para el equipo de Ernesto Valverde, sólido líder de la Liga y a un paso de certificar su acceso a las eliminatorias de la Champions después de sumar tres victorias en otros tantos encuentros. Posee una sustancial ventaja de tres puntos sobre la Juventus y seis sobre el Sporting de Portugal, que se miden en el otro encuentro del Grupo D.

La moral es óptima dentro de un conjunto que se ha acostumbrado a ganar, por mucho que su juego se haya alejado de la excelencia. Pero eso parece importarle poco o nada a su hinchada, satisfecha con la racha de resultados. Desde que cayó en la Supercopa ante el Real Madrid, a mediados de agosto, cuenta todos sus partidos por triunfos salvo el empate 1-1 ante el Atlético de Madrid hace dos semanas.

Para ello, está contando con varias virtudes fundamentales. El equipo trabaja bien la presión, es eficaz en ataque, sólo recibió un gol en Liga de Campeones y tiene al Messi y a Ter Stegen en plena forma.

Radicalmente diferente es la situación del Olympiacos, un equipo que todavía no ha sumado puntos en la actual edición de la Liga de Campeones. Sus ocho goles recibidos hablan de un bloque evidentemente débil en la zona defensiva.

Así se comprobó en el encuentro jugado en el Camp Nou, en el que el Barcelona ganó 3-1 sin ninguna dificultad a pesar de jugar la segunda parte con un hombre menos por la expulsión de Piqué. El Olympiacos renunció a atacar incluso estando en superioridad y por detrás en el marcador.

Precisamente, la ausencia de Piqué es el único motivo de preocupación para Valverde, pues el defensa español deberá cumplir un partido de sanción y el técnico azulgrana no tiene demasiado para elegir. Además, Mascherano tiene una infección en un pie y no recibió el alta médica, aunque viajó a Atenas.

Si al final Valverde no puede contar con él, debería improvisar. La alternativa natural sería Vermaelen, aunque el belga sólo jugó 90 minutos oficiales esta temporada y fue en la Copa del Rey ante el modesto Murcia, de la Segunda B. Más extravagante sonaría la alineación del lateral francés Digne en un puesto que no domina. El ruego de Valverde es que Mascherano pueda estar.

Más allá de esta duda, se espera un Barcelona con todas sus estrellas, incluido un Messi pletórico en la punta. Lo acompañará el uruguayo Luis Suárez, quien tendrá una buena oportunidad para salir de su bache. Sólo lleva tres goles esta temporada y ninguno en Liga de Campeones.

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