Si alguna conclusión se puede sacar del choque de ayer es que hay un jugador, que por sus especiales características, tan sólo rinde cuando tiene manga ancha y absoluta libertad de movimientos sobre el terreno de juego. Ese no es otro que Fabián Orellana que, una vez más, demostró estar por encima del resto cuando juega en su sitio y aparece allá donde está el peligro. Alguien debería convencer a Fabri que a veces hay que ceder en algunos aspectos si con ello el bloque mejora. Y eso fue lo pasó ayer en Córdoba y lo que viene sucediendo cuando el chileno actúa por detrás del punta.

Pero el choque ante los pupilos de Lucas Alcaraz trajo consigo otra serie de claves.

Problemas en la salida

El técnico granadino del Córdoba demostró conocer a la perfección al equipo del que es socio. Alcaraz ordenó a sus dos delanteros presionar en la salida del balón tanto a los centrales como a Lucena, que tuvieron más de un problema teniendo en cuenta además el estado del terreno de juego. Ello provocó que Mikel Rico ayudara más atrás para contar con una opción más para salir jugando desde atrás, cosa que se consiguió puesto que superada la primera línea de presión, todo era más fácil.

Llegador

Si hay un jugador que se encuentra más cómodo con un sólo pivote ese es Abel Gómez, que ayer pisó el área en varias ocasiones y pudo incluso marcar en una de sus llegadas al área rival.

Aburrido

Por contra, quien sale más perjudicado es Orellana. El habilidoso jugador chileno se aburre en banda, más preocupado de ayudar a Nyom en tareas defensivas que de desequilibrar. Son ya muchos los encuentros en los que, pese a partir pegado a la cal, se va hacia dentro pero no crea el peligro que podría de recibir en línea de tres cuartos. Sin embargo, cuando en el ecuador de la primera mitad cambió su posición, el equipo lo notó. Su visión, aparte de su facilidad para regatear, se antoja decisiva aunque para ello habrá que buscar una solución porque Abel sigue siendo un fijo y actúa por la misma zona. Fabri ve más equilibrado al equipo defensivamente con el sevillano en la media punta que con el '17', al que le 'acusa' de no mantener la posición a la hora del repliegue.

Sólidos

Tras el cambio de Lucena por Juande en el descanso, el Granada CF jugó mucho más cómodo. Llegó con más alegría al área rival pues Orellana se asociaba por el centro y Benítez rompía por la izquierda. Tan sólo Abel fue el que desapareció más, y es que tirado a la banda derecha para darle más libertad al sudamericano su fútbol baja de nivel. Y todo gracias al posicionamiento de Juande, que dio más libertad a Rico pues se basta solo en la medular.

Y van tres

Pero todo cambió con la expulsión de Siqueira. Su tercera expulsión de la temporada provocó que su equipo se frenara en la búsqueda de una victoria que se veía más cerca. A partir de ahí, se perdió alegría en ataque, pese a que Orellana siguió actuando en la media punta. La entrada de Carlos Calvo hizo cambiar el sistema, al actuar con cuatro atrás con Benítez de lateral, con tres en línea en el centro del campo con Carlos Calvo tirado a la derecha y Mikel Rico a la izquierda. Pese a contar con uno menos, el Granada CF siguió dominado el choque aunque con menos llegada.