El Rocío

Los romeros se aprietan el cinturón

  • Ingresos. Una bajada del volumen de negocio y de los precios ha marcado este año por la coyuntura actual al sector económico que se mueve alrededor de la romería

La crisis económica se ha dejado notar especialmente este año en las semanas previas a la romería del Rocío. La contención del gasto entre los romeros ha sido la nota predominante al afrontar los preparativos, que han rebajado su nivel respecto a otros años.

Los sectores que se benefician cada año de la masiva peregrinación rociera han visto reducido su volumen de negocio de forma considerable, lo que ha ido acompañado de precios más bajos para tratar de compensar.

Las empresas de alimentación, habituales suministradoras del popular costo rociero, los picaderos de caballos y las firmas de costura flamenca son los principales perjudicados estos días por la coyuntura económica, de efectos mayores este año, según sus responsables, a los que sólo salvan la clientela habitual y fiel.

El panorama más desalentador se ve alrededor de los picaderos, donde se ha reducido el alquiler de caballos para la romería. Ya no son tantos ni para tanto tiempo. La costumbre generalizada este año ha sido alquilar sólo para hacer el camino, al contrario de la norma habitual antes de la crisis, cuando los alquileres se extendían a lo largo de toda la semana de celebración rociera.

"Ya el año pasado se notó pero menos. Entonces dicen que la gente todavía tenía dinero porque cobraba el paro pero ahora ni eso", explica Antonio del Pinar, dedicado durante muchos años al alquiler de equinos para el Rocío.

Cree que "donde más se nota es en los caballos" y comenta cómo se escatiman gastos hasta en el alquiler de los coches: "Si antes se cogía uno con cuatro mulos, ahora se ha cogido sólo con dos, si ha sido posible".

Pedro Calero, propietario de un picadero en La Ribera, se queja de la virulencia con la que la crisis les está afectando. "Ha habido una subida muy grande del pienso, las herraduras. El caballo tiene un gasto contínuo porque come diariamente. Ya llevamos dos años mal pero éste es el caos", afirma.

Calero asegura que ya no se dan las clases de montar previas a la romería que había antes y la reducción es evidente: "De diez caballos, sólo han salido dos para un hermano mayor y tres para hacer el camino".

Antonio del Pinar dice tener más suerte, aunque ha tenido que bajar un poco los precios. Ha alquilado toda su cuadra pero ahora busca menos caballos adicionales de los que necesitaba antes. Y muchos son sólo para el camino.

Además señala que la crisis se ha dejado notar más que en las romerías de los pueblos que en el Rocío, para los que muchos, asegura, han ahorrado estos meses.

Que "la gente no se gasta los dineros de antes" lo sabe muy bien Ubaldo López, propietario de un taller de moda flamenca, que ve "este año peor que el pasado".

"La gente busca pasar la romería este año como puede, y ya el año que viene Dios dirá. Tengo una buena clientela, grande y fiel, pero con todo se nota. Antes a lo mejor compraban tres trajes para estrenarlos en El Rocío, y ahora sólo se llevan uno", explica.

Además, la tendencia este año, según Ubaldo, es retocar los que ya se tienen en el armario: "Estamos haciendo más arreglos que ninguna otra temporada".

También Pepe Jiménez, otro conocido fabricante de moda flamenca admite la influencia de la crisis en sus ventas; "decir lo contrario sería mentir". Pero no tiene queja: "Tal como está la situación, va mejor de lo que esperaba, francamente bien".

Como le sucede a Ubaldo, en su caso también ha notado cómo los trajes más elaborados, y por tanto los más costosos, se han venido menos que otros también de calidad pero un poco más económicos.

Jiménez dice toca "aguantar el chaparrón", mientras reitera que la crisis está afectando en este Rocío a todos. "Esto es una cadena y esperemos que por el bien de todos acabe pronto", concluye.

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