Emilio Lamo de Espinosa · Presidente del Real Instituto Elcano

"Aznar tenía razón, antes se parte Cataluña que España"

"Aznar tenía razón, antes se parte Cataluña que España"

"Aznar tenía razón, antes se parte Cataluña que España" / José Ángel García

-Casi diez años dirigió el Instituto Ortega y Gasset...

-Sí, nueve años y pico.

-...y el filósofo dijo hace 85 años que el problema catalán era irresoluble, como mucho sería conllevable...

-Sí, la conllevanza.

-...¿Seguimos igual?

-No. Hemos pasado de la conllevanza a la mal llevanza, a la ruptura y a la confrontación. Una de las cosas que ha producido esta movida independentista ha sido partir la sociedad catalana. De hecho, ha sido verdad lo que dijo en su momento [José María] Aznar: "Antes se parte Cataluña que España". Ahora hay confrontación. En primer lugar, tenemos que retornar a la legalidad; de la confrontación pasar a la mal llevanza, de ahí a la conllevanza y, finalmente, al entendimiento.

-El Real Instituto Elcano ha hecho recientes esfuerzos por informar sobre el problema catalán.

-Nosotros no nos ocupamos de temas internos, sólo de externos. No nos hemos ocupado del tema catalán hasta recientemente, cuando se ha internacionalizado. En un doble sentido, en las cancillerías diplomáticas y también en las opiniones públicas, sobre todo en la gran prensa internacional. Respecto a lo primero, el Gobierno lo ha hecho muy bien, en el sentido de que no han conseguido el reconocimiento de ningún país, ni de ninguna gran organización multilateral, sea la ONU, la OTAN o la UE. En el tema de la opinión pública, sí hay que hacer bastante trabajo. Está cambiando claramente a favor. Ha habido editoriales recientemente muy favorables a la posición del Gobierno de España, por ejemplo en The Wall Street Journal o en Le Monde. Nosotros siempre hacemos una tarea con los corresponsales extranjeros. Es nuestra obligación hacerles comprender qué es el país, cuáles son sus problemas, darles información. Acabamos de publicar un informe en español y en inglés, que ha tenido cierto eco, Financial Times lo referenció, por ejemplo. Pero es la única ocasión en que nos hemos ocupado de un problema que es interno.

-El interés del independentismo por internacionalizar el conflicto o la fuga de Carles Puigdemont ¿generará problemas a España?

-No creo que grandes. Existe el problema con la Justicia belga, que hará lo que tiene que hacer, que es cumplir con la euroorden. Hay unanimidad internacional contra cualquier proceso de secesión interna y más si no está acordada.

-Y saltándose la Ley.

-Por eso lo digo. Completamente ilegal. Casi todos los países tienen problemas similares y no quieren sentar precedentes.

-El Real Instituto Elcano se está ocupando por otros asuntos que también preocupan a los españoles: el yihadismo o la relación con Portugal, aún vivimos de espaldas a nuestro vecino.

-La tarea del Instituto Elcano es estudiar la presencia de España en el exterior. Llevamos muchos años preocupados por la reputación. Hemos elaborado un índice de presencia exterior que mide a todos los países, que da una clasificación muy interesante, en la que España está en el undécimo o duodécimo puesto desde hace años y de forma estable. Muchas cosas de las que nos ocupamos preocupan también dentro de España. El yihadismo que citaba, que es un problema global. O las relaciones exteriores. Tiene toda la razón, los españoles hemos mirado mucho al Norte de Europa, también miramos al Oeste, pero siempre a América Latina y saltándonos a Portugal, lo cual es mala cosa, porque es un vecino con el que tenemos mucho en común y podríamos tener más. Y no miramos al Sur.

-Pues justo ahora, por Cataluña, pero no sólo, se duda de la credibilidad de la democracia española.

-Tiene razón y es lamentable. El primer problema que tenemos es que los españoles no creemos en el país. Los estudios de reputación que hacemos ponen de manifiesto que la imagen que de España tienen los extranjeros es superior, en ocasiones muy superior, a la de los propios españoles. Esto no es frecuente. Lo normal es lo contrario. La autoestima española está mejorando, pero aún hay un enorme diferencial. Respecto a la calidad de la democracia española, los datos científicos son incontestables. Llevo mucho tiempo remitiendo a la clasificación The Economist Intelligence Unit's Democracy Index. Sólo hay 19 full democracys. Ni Francia ni EEUU, las dos grandes repúblicas, están, para que se vea la exigencia. Y en el lugar 17º, justo debajo de Reino Unido, España aparece como una de esas democracias completas. Es un ranking objetiva, fruto de un trabajo muy riguroso. Freedom House dice lo mismo. Y cualquier análisis serio nos dirá que es una de las grandes democracias del mundo.

-¿Es una tarea de casa?

-Lo es. Hay mucha gente interesada en enturbiar ese excelente posicionamiento de la democracia española. No hay que hacerles caso.

-¿Ocurre porque no cerramos bien la dictadura?

-No. La dictadura se cerró bien. Hubo un momento en el que se comprendió que estábamos construyendo algo nuevo conjuntamente entre los herederos de los vencedores y de los vencidos. Como consecuencia de que se hizo así de bien, España ha tenido los mejores 40 años de su Historia. Y de pronto llegan algunos que nos dicen que no, que lo hicimos mal. No lo sé. Hay cosas que se pueden mejorar. La arquitectura política que se construyó a partir de 1978 tiene fisuras, hay que revisarla. Estoy convencido que habrá que reformar la Constitución y afectará al tema autonómico, a la financiación. Y eso habrá que votarlo en toda España, también en Cataluña. Y creo que ése sería el camino para ir incluso más allá de la conllevanza y llegar a una buena relación, abierta y transparente.

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