El pianista madrileño Mario Prisuelos reúne este miércoles en el Corral del Carbón música de dos de los compositores celebrados este año por el Festival: el también madrileño Tomás Marco, artista residente, y el húngaro György Ligeti, que está de centenario.

El programa ofrece un encuentro con el Ligeti que aún no había salido de Hungría, el que desarrollaba ya su propia personalidad a partir del legado de Bartók con una cumbre como su Musica Ricercata, pero también el Ligeti posterior, el de los Estudios.

El acercamiento a Marco es un acto de homenaje de sus homenajes, ya que las tres obras están vinculadas de algún modo con otros compositores. La Soleá fue escrita para rendir culto a Turina en su centenario. La Sonata en forma de Cármenes bebe inconfundiblemente de Falla, y Ligetoven lo dice todo en su título, es un intento de vincular al genio alemán de principios del XIX con el del gran maestro húngaro.

La actuación del miércoles será el estreno en el Festival de uno de los pianistas más relevantes del momento con un programa que conoce bien y que ha podido seleccionar de forma conjunta con el director de la cita, Antonio Moral, y el propio Tomas Marco, discípulo de Ligeti. “Fue una propuesta del propio Festival pero yo tenía mucho interés en este programa que ofrece un diálogo con un compositor que es imprescindible en la música del XX como Ligeti y uno de los pilares de la música española del XX y XXI”, comenta el músico madrileño, que destaca los numerosos puntos de encuentro entre los dos grandes compositores.

Entre esas confluencias subraya su manejo de la música folclórica. “En el caso de Ligeti, la música ética africana y en el de Marco, la esencia andalucista que tanto entronca con Granada”.

En cuanto al programa, cuenta que fue muy sencillo encontrar las tres obras, “muy importantes en la trayectoria del autor”. El pianista madrileño conoce muy bien la obra de Marco, del que ya había grabado un disco precisamente con el sello granadino IBS: Piano Works.

En el caso de Ligeti, se han seleccionado seis piezas que proponen un viaje tan bello como “variado”. De las creaciones del músico húngaro -uno de los más populares del XX gracias entre otras cuestiones a la popularidad que le dieron las películas que dirigió uno de sus admiradores, Stanley Kubrick- se ha seleccionado “un amplio abanico de estilos”.

El objetivo, cuenta el pianista, es mostrar el "amplio abanico de estilos para se puedan ver las distintas maneras de tratar el instrumento”.

De esta forma se estrenará en el Festival de Granada el pianista, que esta misma semana -el sábado- abre en Madrid la XVI edición de la cita que él dirige, el Festival Asisa de Música de Villaviciosa de Odón con uno de los cantantes invitados también esta semana en Granada, Carlos Álvarez.