Encuentros en el palacio de los patos l Mateo Revilla y Miguel Valle www.hospes.es // www.fuenso.com

Medios mecánicos y cambios valientes para el Albaicín

  • La redacción del nuevo Plan Albaicín, a punto de finalizar, abre la posibilidad de incluir estrategias de futuro para el barrio que contribuyan a su conservación y desarrolloMiguel Valle y Mateo Revilla coinciden en aplicar en el barrio propuestas un tanto arriesgadas en ámbitos como la accesibilidad, el tráfico, el pavimento o el turismo

Mateo Revilla. Me gustaría dar la enhorabuena a Miguel porque es importante que al frente de un organismo haya un técnico. El problema de la gestión es lo inadecuado que son sus responsables.

Miguel Valle. Le he dicho al alcalde que hasta después de Reyes voy a dedicarme a escuchar porque el Albaicín es muy complicado. Es un pueblo con gente y no un monumento, como la Alhambra. El gran problema del barrio es la pérdida de población, pero ni siquiera tenemos datos de eso.

M.R. Coincido en que el enfoque que se debe dar a un barrio histórico es diferente al de un monumento. Las soluciones para la Alhambra no serían válidas para el Albaicín. Hay que mantener a la población por estrategia de la ciudad y porque es necesario para la preservación del conjunto histórico. Si no lo hacemos se puede convertir en un parque temático.

M.V. El patrimonio social forma parte de su idiosincrasia, la mezcla de gitanos y payos, de los grandes cármenes con las casas modestas... Todo compone un perfil social que hay que asegurar. Los vecinos piden mantener a los albaicineros de toda la vida, pero ¿cuáles son? Está llegando población extranjera y el barrio cambia. Esto no se puede forzar ni incentivar, sólo se puede hacer que esa gente mantenga las reglas del juego. Además, históricamente los pobladores del Albaicín han ido cambiando.

M.R. Hay una disquisición falsa sobre esto. Yo no entraría en los tipos sociales que albergue el barrio, lo importante es que lo habiten para evitar que sea un parque temático. Han proliferado terrazas y restaurantes con vistas a la Alhambra. Es buena la atracción turística pero controlada. Que el Albaicín no sea un barrio para cenar con vistas sino un sitio vivo. Los dos peores problemas son la falta de control de los equipamientos turísticos y la despoblación, para lo que hay que facilitar la accesibilidad, con métodos modernos y con imaginación. Siempre me negaba a los medios mecánicos en la Alhambra, pero allí no vive nadie. En el Albaicín sí hay que garantizar la accesibilidad. Un ejemplo muy bueno es Toledo, que gracias a las escaleras mecánicas puede mantener una población de 15.000 personas en la parte alta, donde no están los servicios. El Albaicín tiene que afrontarlo con radicalidad.

M.V. Hay muchos medios mecánicos nuevos y yo estoy convencido de que o el Albaicín se hace accesible o se hunde. Ya se lo he planteado al redactor del Plan Albaicín porque no se puede forzar a que la gente viva en una zona donde es difícil llegar y caminar.

M.R. No se puede hacer demagogia con este tema. En la Alhambra es un disparate volver a plantearse los medios mecánicos porque pueden subir al día un máximo de 6.000 o 7.000 personas. Pero esto sí conviene al Albaicín para que miles de personas tengan movilidad hacia el resto de la ciudad. Es exigible incluso desde el criterio de conservación. Habría que revisar elementos falsificados. En el barrio lo que tiene valor es la trama general (soy partidario de intervenciones puntuales para solucionar el tráfico) y la tipología. Hay un falso 'fachadismo' en el Albaicín y la pavimentación tan incómoda hay que revisarla. Los empedrados se hicieron de manera mecánica y sin control, pero hay soluciones con pavimentos que evoquen la tradición y sean funcionales. En el Albaicín no se puede caminar y esos empedrados no son auténticos. En la ciudad islámica casi todo era tierra porque lo demás era un lujo. Creo que hay que revisarlo con valentía.

M.V. Cuando yo era concejal hicimos un ensayo en San Miguel Bajo, poniendo la plaza enlosada de piedra. Nos dijeron de todo pero hoy ya está asumido. Quiero buscar un sistema que no sea el empedrado de bolo gordo.

M.R. Eso no ha existido siempre.

M.V. Podría ser bueno un concurso de ideas que aporte documentación histórica. No tiene por qué haber un pavimento unitario, sino una lista que sean exigibles. Respecto a los medios mecánicos, tengo que recordar que la implantación de los microbuses fue un empeño de César Díaz y mío que ha supuesto la salvación del Albaicín. Hoy día su proximidad revaloriza el precio de las casas del barrio.

M.R. Tampoco hay que inventar nada cuando las cosas funcionan bien... Se trata de combinarlo con otras cosas.

M.V. Creo que se ha roto la mitificación de la oposición a los medios mecánicos. La Oficina de Rehabilitación del Albaicín, que se lo toma muy en serio, va a hacer un ascensor en el nuevo aparcamiento que servirá para entrar desde abajo y ascender desde dentro a una zona más alta. También estuvimos pensando en hacer algo parecido en la plaza que va en esa zona. Todo esto también favorece el turismo, cuyo equilibrio con el barrio es esencial. Los albaicineros están recelosos porque puede llegar a ser molesto. Una presencia de turistas razonable da vida al barrio y aporta seguridad. Por eso es necesario un equilibro con comercio y artesanía vinculados al turismo.

M.R. Hay que convencer a la ciudad de que no hay que pedir que vengan más turistas a Granada sino procurar la cualificación, no sólo económica sino de permanencia y de comportamiento. En Granada es una locura meter más turistas. Si no crece mucho en el Albaicín se puede canalizar bien, aunque dando preponderancia al uso residencial. Lo que hay que evitar es el espectáculo de San Nicolás. Esto es hasta negativo para el turista exigente. El turismo puede desertizar. Una buena solución es que se fijase un número de casas para su explotación como residencias turísticas, lo que supone estancias más largas que las del hotel y ciertos hábitos de integración .

M.V. Lo de San Nicolás es lamentable y creo que hay que crear otros miradores atractivos. Hacer un circuito de miradores alternativos.

M.R. El Paseo de los Tristes, el Sacromonte, la parte norte del barrio, la placeta de Carvajales, podrían ayudar a dispersar a los turistas. Hay que tener en cuenta que la mejor visita a la Alhambra es la que se hace desde el Albaicín, sin entrar a los palacios. No hay que entrar y tocar, que es muy infantil, porque desde donde se puede ver mejor es desde fuera. Es una ciudadela hecha para ser vista desde fuera. Es desde ahí donde se puede entender ese valor simbólico. Esto puede ser una ayuda para el Albaicín y una descarga para la Alhambra.

M.V. Se podría articular de algún modo para que la visita guiada a la Alhambra llegara hasta el Albaicín. Estoy hablando con todo el mundo estos días. También hemos tenido una junta local de seguridad en la que me dieron datos estadísticos que indican que no es un problema mayor que en otros barrios de la ciudad. Las asociaciones de vecinos son muy reivindicativas allí, porque además conocen muy bien el barrio y trabajan mucho. Me apoyo mucho en ellos. ¿San Juan de los Reyes? Pese a lo que se esté diciendo, creo que no es un atentado. No pasa nada por quitar medio metro en algunos puntos de la calle.

M.R. No hay que perder lo esencial, pero las intervenciones puntuales son legítimas. Hay que tener en cuenta que la Carrera del Darro es única en el mundo. Es lógico sacrificar cosas para despejarla del tráfico que ahora soporta. Es una polémica estéril.

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