Religión

Miles de devotos honran a Fray Leopoldo en el 53 aniversario de su muerte

  • Al menos entre 15.000 y 20.000 fieles han visitado a lo largo de la mañana la cripta donde se encuentran los restos del fraile y se espera que a lo largo del día pasen varios miles de seguidores más.

El 53 aniversario de la muerte del capuchino malagueño Fray Leopoldo de Alpandeire, que se conmemora hoy en Granada, ha reunido en torno al templo construido en su memoria en la capital a miles de devotos que han homenajeado al popular monje limosnero conocido por sus curaciones milagrosas.

Al menos entre 15.000 y 20.000 fieles, según datos de la Policía Local, han visitado durante esta mañana la cripta donde descansan los restos del fraile repleta de flores y obsequios, y por la que se prevé que pasen varios miles de seguidores más a lo largo del día.

Los actos en recuerdo de Fray Leopoldo, quien ya en vida gozó de fama de santidad, han comenzado con la celebración de dos eucaristías presididas por el ministro general de los Hermanos Menores Capuchinos del Vaticano, Fray Mauro Jöhri, acompañado por el definidor general, Fray Carlos Novoa.

El administrador de la Causa del monje en España, José Antonio Márquez, ha destacado a Efe la figura del "santo de la bondad desbordante" quien, a su juicio, "tuvo el atrevimiento además de predicar y de continuar con su labor de misionero en unos años difíciles en los que asesinaban por llevar sotana".

"Su modo de vida simple y sencillo sigue convirtiéndose en consuelo para muchas generaciones", ha explicado el sacerdote, quien ha avanzado que la canonización de Fray Leopoldo -proceso que se abrió en febrero de 2006- es "prácticamente una realidad" después de que los peritos médicos de la Congregación de las Causas de los Santos en el Vaticano hayan aprobado uno de sus milagros propuestos y que ahora deberá ser refrendado por los consultores teólogos.

Para Márquez, desde Roma se están reconociendo unánimemente "la heroicidad de las virtudes" del religioso, nacido en la pequeña localidad malagueña de Alpandeire en 1864.

Motivados por "un profundo fervor" han sido muchos los fieles que se han concentrado ante la Basílica del fraile, algunos de los cuales, como Manuel Álvarez, peregrinan desde hace más de 40 años hacia la tumba de Fray Leopoldo.

"Recuerdo el gran cariño que nos profesaba este religioso a los niños cuando nos acercábamos", ha evocado Álvarez, quien ha señalado que su devoción le lleva a visitar, acompañado de su mujer, la cripta el día 9 de cada mes.

Los fieles, que han formado una cola de casi un kilómetro en torno a la iglesia, han podido comprar además objetos con la imagen del fraile, caracterizado por su gran larga barba blanca y cuyo nombre de pila era Francisco Tomás hasta que, al tomar el hábito capuchino en 1899, cambió su nombre por el de Leopoldo.

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