Granada

Los banquetes del Ayuntamiento

  • Granada siempre ha tenido problemas económicos, menos para los festines que en el siglo pasado eran espectaculares

  • Aunque para entender el menú había que saber francés

No había acto, celebración, apertura, homenaje, conmemoración, nombramiento, fundación, recibimiento, inauguración y hasta misa de difuntos que no terminara con un lujoso banquete al que solía acudir el Ayuntamiento en pleno y generalmente más concejales que los que habían asistido al acto anterior, incluidas las autoridades locales y normalmente acompañados de sus señoras. Pero si el que venía era el rey, entonces se tiraba la casa por la ventana, porque a las instituciones oficiales se unían los ilustres granadinos, esos que siempre andan alrededor de los poderosos. Por cierto, aún quedan.

En 1889 con motivo de la Coronación del poeta Zorrilla, los actos promovidos por el Liceo de Granada y la colaboración del periodista Luis Seco de Lucena, director de El Defensor, duraron desde el 16 al 29 de junio y a ellos asistieron miles de personas y numerosas representaciones de toda España y del extranjero. Y aunque no estaba Granada para muchos derroches, acabábamos de salir de epidemias y terremotos, hubo suficiente dinero para banquetes, bailes de gala y sarao en Los Mártires.

El 1 de diciembre de 1908 llegó Alfonso XIII y las autoridades lo trataron 'a cuerpo de rey'

El 20 de septiembre de 1892 Granada recibió con todos los honores al presidente del Gobierno Cánovas del Castillo, aunque a quien se esperaba era a la reina María Cristina para los actos del IV Centenario; la prensa local hablaba de espléndidos banquetes, campanudos discursos, muchas promesas, aplausos y hasta intervino la Tuna Universitaria. Sin embargo, y a pesar del derroche, la reina no vino; se quedó en Sevilla con su hijito Alfonso de seis años… y con algún guapo acompañante. Pero a Granada le costó el dinero.

El 1 de diciembre de 1908 llegó a Granada el rey Alfonso XIII. No sé si resolvió alguno de nuestros acuciantes problemas, pero sí sabemos que visitó la Alhambra, comió divinamente en el Washington, cazó en Trasmulas y descansó en Láchar. Pudo por entonces contemplar las obras del Hotel Alhambra Palace que estaba terminando su amigo el Duque de San Pedro e incluso se dio su paseo en el tranvía cremallera por la cuesta hasta el hotel. Aunque donde lo pasó mejor fue en la casa de los Condes de Agrela. Allí le ofrecieron un suculento menú para el que se necesitaba, además de los cubiertos y una buena vajilla, un intérprete o por lo menos un diccionario de francés y hasta de inglés, porque la comida era a base de consommé Alphonse XIII, potage crème Nivernaise, filets de Barbue à l´Amiral, pomme de terre à l´Anglaise, selle de veau Prince Orioff, petits pois, mousse de Jambon à la Broche, etcétera, hasta finalizar con los coquants au Chester. Luego se trasladó al hall para jugar al bridge. Posteriormente y antes de salir de caza le prepararon otro ágape que empezaba con los oeufs à l´Orsay y terminaba con el gâteau Alcázar. Se podría decir que lo trataron "a cuerpo de rey".

En 1917, el Ayuntamiento de Granada hacía para las fiestas del Corpus todo un alarde de grandeza. Terminada la procesión, dice la prensa, el alcalde Felipe La Chica invitó a comer en el hotel Alhambra Palace a los concejales y autoridades que habían asistido al acto. Ojo al menú: Hors d´oeuvres [aperitivos], oeufs a la Lyonnaise,Rousselots au gratin, Tournedos parisienne, Jambon d´York a la gelée, salade, patisserie, fruits y café. Invitó el alcalde. Pero en un pleno el Ayuntamiento desestimó la petición de 75 pesetas para pagar las obras del alumbrado público, por ejemplo.

En 1922, tras la inauguración de aeródromo de Armilla, las autoridades acudieron puntuales al banquete para ellas preparado en el Hotel Washington, además de los suculentos manjares, hubo luego baile amenizado por los músicos del Regimiento de Córdoba. Me imagino a los soldados tocando pasodobles mientras eructaban los ilustres comensales. Otros soldados estaban peor en la Guerra de Marruecos y en el Desastre de Annual (1921).

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